Advertencias: Lenguaje vulgar/sexual explícito. Smut.
Es un deseo de posesión, usualmente considerado como el pecado producido por los pensamientos excesivos de naturaleza sexual, o un deseo sexual desordenado e incontrolable. Puede sonarte conocido ¿A que sí? En la actualidad se considera lujuria a la compulsión sexual o adicción a las relaciones sexuales, los pensamientos posesivos sobre otra persona. También entran en esta categoría el adulterio y la violación, incluyendo el amor hacia cualquier persona, lo que pondría a Dios en segundo lugar.
Su contraparte, la virtud que le lleva la contra es la castidad, el comportamiento voluntario a la moderación y adecuada regulación de placeres y/o relaciones sexuales, ya sea por motivos de religión o social.
El demonio líder de este pecado es Asmodeo, quien se enamora de Sarah, hija de Raquel, y cada vez que aquella contrae matrimonio, mata al marido durante la noche de bodas. Así llega a matar a siete hombres, impidiendo que consumen el matrimonio. Más tarde, Sarah se promete a un joven llamado Tobías. Éste recibe la ayuda del arcángel Rafael, el cual le enseña cómo librarse del demonio. De este modo, Tobías toma un pez y le arranca el corazón, los riñones y el hígado, colocándolos sobre brasas. Asmodeo no puede soportar los vapores desprendidos y huye a Egipto, en donde Rafael lo encadena. Tras su caída se emparejó con Lilith, la primera mujer de Adán y con ella engendró miles de demonios.
Veamos cómo de excitante es la lujuria...
Y cómo es capaz de ganarle a la Castidad.
Amaba poseerlo.
Amaba hincharle los labios, hundirse en su carne, ensuciar todo su cuerpo con su semen, hacerlo gritar de placer, que llorara del gozo que su cuerpo terrenal era incapaz de contener, hacerlo suplicar y rogar por más. Amaba también la sensación propia de su espalda siendo arañada salvajemente, esas largas y tersas piernas rodeándole la cintura y su miembro siendo deliciosamente aprisionado por aquel estrecho pasaje que solo le pertenecía a él. Amaba acabar en su interior y sentir como su semilla se escurría, mientras su amante gemía quedo en su oído por la sensación de ser llenado.
Joder, ni había sido tan buena en la cama y eso que juntos –y placenteramente- habían engendrado miles de demonios. Sarah, por la que había matado a sus 7 primeros maridos y le llevó a ser encadenado por Rafael no era ni de cerca tan fantástica como este pequeño y caliente humano.
No iba a negarlo, él, el gran demonio de la lujuria estaba total y completamente jodido por el esbelto y hermoso chico americano llamado Mark. Desde que lo conoció no hacía otra cosa que pensar en su rubio cabello, su perfecto rostro, sus apetecibles labios, la caliente lengua que este poseía y que envolvía como una maestra su miembro, las largas y estilizadas piernas, la curvatura de su espalda cada vez que se arqueaba producto del excesivo placer que le brindaba con cada embestida, su ronca voz que gemía, sollozaba y gritaba su nombre terrenal.
Jackson. Jackson. En diferentes tonos, con distintos matices y variados volúmenes, pero siempre el nombre terrenal que había elegido especialmente para coger insaciablemente con el chico de bonita sonrisa hasta que la vida se le fuera en eso, ya fuese en una cama con Mark gimiendo bajo o sobre él, daba igual, pues también le encantaba que este lo montara para así poder apreciar como su pene se hundía perfecta y maravillosamente en la entrada del chico.
Mierda, se había vuelto a perder en sus calientes pensamientos y descuidado su trabajo, otra vez. El resto de los demonios iban a colgarlo de las bolas si seguía así.
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7 Pecados Capitales
Spiritual7 chicos, 7 pecados capitales, una historia corta para cada uno. ¿Qué pecado prefieres cometer? ¿Por cuál deseas caer?