A medida que Liam descendía por la estrecha escalera de caracol y se alejaba del despacho de la señorita Crumbley, el ambiente cada vez era más frío.
Se arropó más con su fino jersey. Los adultos que veían a Liam por primera vez siempre observaban lo extraordinariamente guapo que era, con su pelo castaño claro y sus grandes ojos color avellana.
Pero cuando lo miraban con más detenimiento, reparaban en el ceño de concentración que se había instalado en su frente, en sus uñas mordidas hasta convertir las puntas de los dedos en muñones, en el agarrotamiento de sus extremidades y en vez de exclamar: < Oh, qué niño tan guapo>, chasqueaban la lengua y mascullaban: <Pobrecito>.
Pues al mirar a Liam, a pesar de su belleza, veían a alguien pendiente siempre de cuál sería el siguiente golpe que le tendría reservado la vida.
Tras salir del orfanato por la puerta lateral, Liam vio a un grupo de niños reunidos alrededor de un árbol raquítico en un extremo del patio.
Un niño pequeño de piernas esqueléticas y pelo rizado de color castaño tiraba piedras a un niño encaramado a las ramas mientras lo instaba a que bajara y peleara.
Entre risas y burlas, Liam se abrió paso a través del grupo de chiquillos en el momento en que Harry cogía otra piedra.
-¿Qué estás haciendo?
Harry se volvió con las mejillas encendidas y los ojos brillantes.
-¡Me ha robado el libro! ¡Estaba ahí sentado leyendo y él me ha quitado el libro y lo ha roto!
- No es verdad - protestó el niño desde el árbol- ¡Está loco!
-¡Cállate!- chilló Harry, y le tiró la piedra.
El niño escondió la cabeza detrás del árbol y la piedra rebotó contra el tronco.
Harry era menudo para tener once años, todo huesos. Sin embargo, hasta el último niño del orfanato lo respetaba y temía su genio.
Cuando lo acorralaban o lo provocaban, el niño se ponía hecho una fiera y la emprendía a patadas, puñetazos y mordiscos.
A veces Liam se preguntaba si su hermano se habría comportado con tanta violencia de no haber tenido que vivir separados de sus padres.
Harry era el único de los tres hermanos que no guardaba ningún recuerdo de sus padres.
Incluso Louis tenía una vaga idea de lo que significaban el cuidado y el amor paternos.
Pero Harry no había conocido más vida que ésa, y su lema era el siguiente: si no peleas, estás acabado.
Por desgracia, siempre había unos cuantos chicos mayores que se dedicaban a provocarlo y se regocijaban viéndole ponerse echo una furia.
Su objetivo de burla predilecto era, cómo no, su apellido formado por una sola letra.
Liam con catorce años, era el mayor de los hermanos, y por tanto era responsabilidad suya conseguir que su hermano se tranquilizara.
- Tenemos que encontrar a Louis- dijo Liam-. Va a venir una mujer.
De inmediato se hizo un silencio sepulcral.
Ningún niño de la Casa de Acogida para Huérfanos Incorregibles y Desahuciados Edgar Allan Poe había recibido la visita de un posible padre adoptivo desde hacía meses.
-Me da igual - contestó Harry-. Yo no voy.
-Tiene que ser muy tonta para querer a un niño como tú -gritó el niño desde el árbol.
Harry cogió una piedra y se la lanzó. El niño no reaccionó lo bastante rápido y recibió una pedrada en el codo.
-¡Ay!
-Harry - Lima cogió a su hermano del brazo-, la señorita Crumley dice que es nuestra última oportunidad.
Harry se soltó, se agachó y cogió otra piedra, pero era evidente que ya no estaba enfadado.
Liam aguantó en silencio mientras Harry se pasaba la piedra de una mano a la otra hasta que acabó arrojándola sin fuerza contra el tronco.
-Está bien.
-¿Sabes dónde está Louis?
Harry asintió. Liam lo cogió del brazo y los niños se apartaron para dejarlos pasar.
Holaaaaaa, bueno aquí teneis otro capitulo. VOTAR Y COMENTAR PLIIIIS. Hasta el próximo capitulo. Besitos lindas <3
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El Atlas Esmeralda ( Liam Payne, Louis Tomlinson y Harry Styles )
Mystery / ThrillerLiam jamás ha olvidado aquella Nochebuena, cuando apenas tenía cuatro años y su madre le despertó con un ruego: que cuidara de sus hermanos y que no se preocupara, pues un día volverían a estar juntos. fueron las ultimas palabras que le dijo a Liam...