La mujer cogió en brazos a el niño dormido, lo envolvió con las mantas y siguió al hombre escalera abajo.Cruzó la sala de estar, donde todavía ardía el fuego en el hogar, y salió a la oscura y fría noche.
De haber estado despierto, el niño habría visto a su padre de pie en la nive junto a un viejo coche negro, sosteniendo en brazos a sus hermanos dormidos envueltos en mantas.
El hombre alto abrió la puerta trasera y dejó a los niños tendidos en el asiento. Luego se volvió, coguió a Liam de los brazos de la mujer, lo tendió junto con sus hermanos y cerró la puerta con un ruido sordo.
- ¿ Estás seguro? -preguntó la mujer-. ¿ Estás seguro de que es la única solución?
El hombre alto se había situado bajo una farola y por primera vez sus rasgos resultaban bien vilibles. A ningún transeúnte le habría inspirado mucha confianza su aspecto. El abrigo tenía remiendos y los pueños deshilachados, llevaba un viejo traje de tweed al que le faltaba un botón, la camisa blanca estaba manchada de tinta y de tabaco, y la corbata (y quizá eso era lo más sorprendente de todo) no llevaba un nudo sino dos, como si hubiera olvidado si lo llevaba y en lugar de bajar la vista para comprobarlo hubiera echo otro por si acaso .
Su pelo blanco asomaba bajo el sombrero, y las cejas se arqueaban en su frente como grandes cuernos cubierto de nieve, sobresaliendo por encima de las torcidad gafas de carey llenas de parches.
En conjunto parecía que se hubiera vestido en medio de una tormenta y, no contento con el resultado, luego hubiera decidido tirarse por la escalera.
Sin embargo, al mirarlo a los ojos esa impresión cambiaba por completo. Sin reflejar más luz que la propia, sus ojos brillaban con tanta intensidad en la noche tapizada de nieve y se observaban en ellos una energía, una amabilidad y una conprensión tan singulares que hacían olvidar por completo las manchas de tabaco y de tinta de la camisa, los parches de las gafas y el doble nudo de la corbata.
Sólo mirándolo a los ojos, uno sabía que estaba en presencia de la sabíduria personificada.
-Amigos míos, sabíamos que este día llegaría.
-Pero ¿qué es lo que ha cambiado? -preguntó el padre de los niños-. !No ha pasado nada desde Cascadas de Cambridge! ¡Y de eso hace cinco años! ¡Tiene que haber ocurrido algo!
El anciano suspiró.
-A última hora de la tarde he ido a ver a Devon McClay.
-No está.....No puede estar.......
-Me temo que sí. Y, puesto que es imposible saber qué dijo antes de morir, tenemos que pensar lo peor y suponer que explicó lo de los niños.
Durante un largo rato nadie pronunció palabra, hasta que la mujer rompió a llorar.
-Le prometí a Liam que volveríamos a estar todos juntos y es mentira.
-Querida.....
- ¡No parará hasta que los encuentre! ¡Nunca estarán a salvo!
-Tienes razón -musitó el anciano-. No parará.
Al parecer, no era necesario aclarar a quién se referían.
-Sí que hay una forma, y siempre hemos sabido cuál es.
Los niños tienen que poder crecer para cumplir su misión....... -se interrumpió.
El hombre y la mujer se volvieron y divisaron en el extremo del edificio tres siluetas oscuras cubiertas con largos abrigos negros que permanecían de pie observándolos.
De pronto la calle quedó sumida en la inquietud, incluso los copos de nieve parecían suspendidos en el aire.
-Están ahí -advirtió el anciano-. Seguirán a los niños. Teneis que desaparecer. Yo os encontraré.
Antes de que la pareja pudiera responder, el anciano abrió la puerta y se sentó al volante.
Las tres figuras avanzaban hacia ellos.
Holaaaa, espero que les este gustando. Porfavooor comentar y votar que eso me hace muuuy feliz .
Hasta el proximo cap lindas.
Os quiiieroooo ;)
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El Atlas Esmeralda ( Liam Payne, Louis Tomlinson y Harry Styles )
Детектив / ТриллерLiam jamás ha olvidado aquella Nochebuena, cuando apenas tenía cuatro años y su madre le despertó con un ruego: que cuidara de sus hermanos y que no se preocupara, pues un día volverían a estar juntos. fueron las ultimas palabras que le dijo a Liam...