see u (+) moshi ✧

✧ ³ ✧

mingyu, kim mingyu, kim “chico perfecto” mingyu, había sido cautivado, por un chico.

uno de nuevo ingreso, uno de ojos pequeños, de cabellos teñidos de azul marino, de mejillas grandes, de labios hinchaditos y rosas, de nariz redonda y piel de porcelana, sin duda un ángel a sus ojos. pero ¿un chico? ¿cómo es que a mingyu, lleno de chicas a su merced, podía parecerle lindo un chico?

no sé consideraba homosexual o bisexual, pero recordaba muy bien cuando a sus 14 años, gustaba de kwon soonyoung. y ahora agradece que desapareció, si hubiese seguido allí nunca lo habría podido olvidar. en realidad, nunca lo pudo olvidar, soonyoung seguía siendo la cosa más adorable que sus ojos habían apreciado, pero que su cuerpo nunca lo pudo hacer.

decir que andaba con las chicas simplemente porque si no era mentira. no sabía si las niñas en su preparatoria eran las feas, si en realidad ninguna chica era lo suficientemente bonita para el, o si ninguna era su estilo. ¿qué tal tzuyu? se había acostado con ella. decir que no sentía absolutamente nada estando con esa chica, tampoco era mentira. y era lo mismo con todas en realidad.

pero realmente se sintió atrapado al ver a aquel estudiante de nuevo ingreso, era un ángel. y hasta le hacía acordar a soonyoung.

la idea de que pudiera estar interesado en un chico, igual asustaba a mingyu. no era como hace 3 años, que ni siquiera sabía que era el amor y como se sentía realmente. y no quería que vuelva a pasar lo de antes, sentirse atraído por aquel chico, para finalmente terminar golpeando su hermoso rostro, para no levantar sospechas

fue hacia su salón, acompañado de sus amigos, otros chicos “boys over flowers” del instituto: lee seokmin, wen junhui. los 3 en conjunto explotaban ovarios y también espermatozoides por toda la escuela. ¿quien pudiera explotar los suyos, no? nadia sabía. ni ellos mismos.

entraron al salón, donde varía gente ya se hacia presente, conversando animadamente o preparando sus cuadernos. como todos los años, se sentaron en los asientos de atrás, donde podían usar el celular, donde podían hacer trampa en examenes, y donde podían básicamente hacer casi cualquier cosa, más fácil. hasta que apareció la profesora de matemática por la puerta, haciendo que todos se callen y tomen asiento.

—buenos días alumnos. este año, tenemos un nuevo alumno en el salón. puede pasar adelante.

en ese momento, todos giraron la cabeza hacia el individuo que se paró y empezó a caminar hacia el frente. y ahí, mingyu pudo verlo. y si, maldita sea, se veía como un ángel y no podía negarlo.

soonyoung estaba muriendo de nervios, se había olvidado de esta parte, donde tiene que decir su nombre. su asqueroso nombre que tanto odiaba, el cual lo mandaría al frente, el cual lo haría volver a su anterior vida.

de tanto pensar en el asunto, ni se dió cuenta de cuando ya estaba en el frente, y de cuando todas las miradas se posaban en el, esperando a que se presente.

—ujum... puedes empezar...

la profesora, la cual parecía ser nueva también ya que soon no la recordaba, musitó despacio divertida, haciendo avergonzar al de ojos pequeños.

—si, perdón... hola, m-mi nombre es...

y miró a mingyu antes de seguir, el cual estaba con su mirada posada en el, estaba frito. tomó una gran bocanada de aire para tener el valor de hablar, y finalmente lo largo.

—soonyoung, kwon soonyoung, y tengo 16 años.

y un montón de murmuros empezaron a escucharse. si, recordaban ese nombre, recordaban al niño feo de la clase, es decir ¿quien no lo haría? soonyoung tenía ganas de llorar, quería salir de allí, e irse a abrazar a su abuela. pero todo eso era imposible.

caminó rápidamente hacia su asiento ganándose mil miradas asesinas y atentas. pero había una, que parecía atravesarlo completamente, una mirada llena de odio quizá, y estaba seguro de que era la mirada fija de mingyu, la cual se sentía como si le estuviese clavando unos 3 cuchillos al mismo tiempo en la espalda. ya sabia que estaba muerto, y que tendría que volver a mentirle a su mamá sobre las caídas y tropezones.

pero la mirada de mingyu en realidad transmitía confusión y preocupación.