Super & Wonder

Capitulo III.-Súbito imprevisto. (Parte 1)

Capítulo 3. —Súbito imprevisto.
(Primera parte)

Tweek dio un suspiro, se frotó los hombros adoloridos antes de bajar el pesado saco de granos de café orgánico que tenia que almacenar en la bodega de la tienda. A penas había llegado de la escuela sus padres lo pusieron a hacer el trabajo pesado. Si bien el rubio no lo parecía él era en realidad fuerte, tampoco era una delicada flor, después de todo cargar costales de café y algunas otras cosas pesadas en la tienda le había dado un poco de músculo. Solo que a veces parecía que sus padres olvidaban que sus poderes eran elementales y no físicos como la súper fuerza de Craig.

Sobre exigir su cuerpo que era maltratado constantemente por las descargas del brazalete de contención le causaban un agotamiento superior al de una persona de su edad, justo ahora estaba tan agotado que sus brazos no podían cargar otra cosa más. Por suerte su padre le dijo que podía dejar el trabajo en la bodega para otro día.

—Tweek, tu madre y yo iremos a la subasta en la feria del pueblo. —Le informó su padre, el rubio terminaba de adornar los cupcakes que había preparado para ese día. —Escuché que van a subastar un café especial de popó de civeta.

—Así que te quedas a cargo, panquecito. —Agregó su madre, al escuchar esto Tweek apretó con tanta fuerza la manga pastelera que hizo un desastre sobre el último cupcake.

—¿Qué? ¿Atender la tienda yo solo? Arghh ¡No puedo hacerlo! ¡Es mucha presión! —Tweek se preguntaba para que carajos su padre querría un café de eso, pero estaba más nervioso por ser dejado solo.

—Sé que lo harás bien, panquecito. —Dijo su madre mientras ayudaba a acomodar los cupcakes recién terminados en la vitrina cerca de la caja registradora, junto a las barras energéticas de frutos secos y avena.

—Confiamos en ti, Tweek. Solo recuerda que el delicioso café orgánico de Tweek bros Coffee se sirve bien caliente, para que sientas el calor de los rayos del sol acariciando tu rostro como fueron acariciados nuestros granos selectos. —El hombre dio un gran suspiro, antes de agregar: —En otras palabras no vayas a congelar el café con tus poderes raros, Elsa.

—Vende todos los cupcakes y ten cuidado de no congelar el negocio o a ti mismo. —Agregó su madre encaminándose a la salida. El comentario había salido en tono de broma, pero era una realidad que podía suceder en cualquier momento si sus poderes volvían a descontrolarse.

—P-pero es que ¡No puedo hacerlo! ¿Q-Qué voy a hacer si los gnomos quieren atraparme? —Su padre le dedicó esa mirada de fastidio que solía poner cuando no le creía. —¡Ellos existen! Son máquinas creadas por el gobierno para espiarnos ¡¿Por qué otra razón nos dejarían venir aquí sin vigilancia? ¡Oh dios mío! ¿Qué tal si están grabando esto y tratan de matarme porque los descubrí? —Tweek temblaba notoriamente y había empezado a ver en todas direcciones nervioso.
 

Había tenido algunos encuentros con los gnomos, incluso cuando fue recién transferido y empezó a notarlos trató de hacer un trabajo escolar sobre ellos, pero todo el mundo lo ignoró y lo juzgaron de loco. Pero él sabía que esas criaturas existían, a veces le robaban los calzoncillos; otras veces tomaban muestras de su sangre, claro que nunca había visto a uno hacerlo, pero lo sospechaba por los pinchazos que aparecían a veces en sus brazos.

 
—Nosotros también te amamos hijo, recuerda sacar la basura~ —Su padre lo ignoró completamente y tomando a su mujer del brazo ambos salieron del establecimiento.

—¡Arghhh! —Tweek se jaló el cabello con desesperación y el brazalete le dio una descarga que hizo que su rodillas dejaran de sostenerle. Tenía que calmarse o todo iba a empeorar.