Historia mal contada (Golfred)

Uno

Fred Fazbear es un joven de diecisiete años que está a punto de cumplir la mayoría de edad. Estudia en el instituto "Hs", al igual que su hermano menor. Su padre le oculto el hecho de que tenía un hermano menor. En un tiempo comenzó a convivir con él en las escuelas que iba, a pesar que era dos años mayor. Con el tiempo y algunos sucesos se hicieron amigos.

Cuando falleció su padre fue cuando se enteró que tenía un hermano, debido a la separación de sus padres fue que temprano con su, ahora fallecido, padre. Después del funeral lo invitaron a vivir con ellos, no lo iban a dejar en una casa solitaria, así que acepto. La casa no es grandiosa o lujosa, una vivienda bonita y acogedora de dos pisos, un sótano y ático, donde esté último duerme.

Lo acomodaron al gusto del azabache, para hacerlo sentir acogido. Le fascina la soledad y ese pequeño lugar es apropiado, así que suele pasar la mayor parte, su estabilidad mental es sumamente inestable, suele tener pesadillas que oculta a su familia, evitando así que se preocupen.

Su hermano, de nombre Freddy, tiene pareja, a lo que a llevado a sin fin de preguntas. Suele cuestionar su falta de interés en asuntos amorosos, hay una razón lógica, él no cree en el amor solo por experiencias pasadas. En consecuencia, al ver a la pareja del menos ocasionó una discusión con su madre que término en un regaño y castigo. Todo se desencadenó con solo verlo, le recordaba a alguien que odia.

Es un lunes por la mañana, como todos los días suele permanecer dormido, no le gusta estar rodeado de demasiada gente. En su primer día conoció a personas interesantes, otras malditas y un pequeño grupo apasionado por la literatura, es su último año a lo cual debe permanecer en constante estrés.

En esa mañana el azabache permanece dormido con la cobija en su rostro, cubriéndolo de la poca luz que se filtra. Los gritos interesantes de su progenitora lo terminan por despertar, se incorpora mirando su al rededor, intentando descifrar el lugar. Al volver a escuchar su nombre ser gritado termina por apartar la sábana. Se levanta estirando los músculos, al escuchar la puerta del ático abriste mira a su hermano.

— ¿Qué?

Freddy lo mira con curiosidad. Suele llegar tarde para casi todo.

— Se está haciendo tarde.

— Ya voy—murmura.

Freddy se aleja dejando a su hermano arreglarse. Suspira mirando el desorden que tiene, gruñe, debe acomodar su habitación al regresar de clases, solo espera que sea un día normal.

Una vez listo baja a la planta principal, deja su mochila en la sala antes de adentrarse a la cocina, salida a su madre antes de tomar su desayuno e ir al comedor, antes de ser sermoneado con la puntualidad. Al término del desayuno, ambos hermanos agarran sus pertenencias y se alejan. Caminan a la escuela mirando las diversas estructuras de las casas.

— Fred—llama.

El azabache lo mira confundido. Se detienen para tener una plática.

— ¿Sucede algo? —cuestiona levantando la ceja—. No me digas que olvidaste algo—gruñe.

— No...creo—murmura—. Es una duda que lleva tiempo en mi cabeza.

— ¿Qué duda?

— Desde que Golden vino a presentarse como mi novio, veo que lo tratas mal.

Gruñe intentando controlar sus impulsos.

— ¿Fred? —cuestiona.

Fred retoma la caminata ignorando a su hermano quien lo mira ajarse. Lo sigue intentando saber la reacción de su hermano, todo en el es confuso. Llegan a la escuela faltando veinte minutos para el inicio de clases, como se ha hecho costumbre la pareja de Freddy lo espera en la entrada con alguno de sus amigos. Se aleja antes de poder entablar una conversación.