Capítulo 7 parte 2

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-Oh Lauren... es hermoso, - susurró.

-Una rosa para una rosa, - Lauren dijo, repitiendo el eslogan que la había atraído a la joyería en principio. Sacó el collar de la caja y abrió el broche. Camila muy quieta todavía cuando el frío metal tocó su piel y Lauren abrochó la cadena. -Se ve perfecto en ti. -

-Esto es demasiado, Lauren. No puedo... - Fue parada por un par de dedos presionando contra sus labios.

-Camila... - Limpió otra lágrima con su pulgar. -Supongo que Santa debió haberte traído algunos pañuelos también, ¿ohm? - Quitó otra lágrima de la cara de Camila. -Escúchame. Quiero que tengas esto. -

-Pero... - Camila miró alrededor. -Toda esa ropa, los programas, los zapatos y los tenis y... – Los dedos de Lauren la silenciaron otra vez.

-Tú mereces ropa bonita. Tú mereces cosas que te queden y se miren bien en ti. - Tomó la barbilla de la joven mujer en su mano y la forzó a enfrentar su mirada. -Y tú mereces usar algo bonito. Ahora... Dame un abrazo, diciéndome cuánto te gusta esto, y dame mi regalo. - Dijo la última parte con una juguetona sonrisa, forzando a Camila a sonreír junto con ella.

-Esto más que bonito, es maravilloso. Yo amo esto. - La joven mujer envolvió los brazos alrededor del cuello de Lauren y tiró de ella para un abrazo. -Esto es tan maravilloso, - susurró. -Amo esto muchísimo, gracias. -

-Me alegra. -

-Tú realmente eres mi ángel de la guarda, ¿no? - Camila se hizo hacía atrás y miró a su amiga, marrones ojos brillaban por la humedad. -Eres la mejor amiga que alguien podría siempre tener. - Metió la mano bajo el afgano y sacó el regalo. -Solo desearía tener algo más para demostrarte justo cuánto significas para mí. Feliz Navidad, Lauren. - Nerviosamente entregó el regalo, un millón de pensamientos volaban atravesando su mente. Su ansiedad creció cuando Lauren lentamente quitó la etiqueta del regalo y la metió en su bolsillo. -Bien, ábrela. -

La mujer más mayor reía en la impaciencia de Camila y tiró de la delgada cinta roja.

-Tú eres tan mala como yo... oh. - Abrió la larga aterciopelada caja.

-Camila, son hermosas. -

- ¿Te gustan? -

-Sí, muchísimo. - Lauren sacó la pluma y la levantó a la luz, la sonrisa nunca abandonando su cara. -Es un muy bonito diseño. Todos esos verdes y azules arremolinando alrededor. Me gusta esa banda de oro allí también. -

- ¿A ti de verdad de te gustó? No estás solo diciéndolo para hacerme sentir bien, ¿no? -

-No cariño, no lo estoy diciendo solo por eso. Realmente me gustan. - Se inclinó y le dio a Camila un abrazo. -Realmente es un considerado regalo, - dijo, apartándose.

-Dijiste que nunca puedes encontrar una pluma por aquí. -

-Nunca puedo, - Lauren convino. -Garantizo que no perderé ésta. -

-No sabía si te gustaban los bolígrafos. Probablemente no ya que no puedes morderlos, ¿huh? -

-Camila, los bolígrafos están muy bien. Realmente, lo están. Únicamente utilizó los de madera porque eso es lo que tenemos en la oficina como suministro de trabajo. Nunca tuve alguna razón para comprar un lápiz como éste. - Giró el metal en la punta, observando el plomo crecer desde el extremo. -Te prometeré esto, no masticaré la punta de éste. -

-Sería mejor que no, - Camila bromeó juguetonamente, sus temores desaparecieron por la sonrisa en la cara de Lauren. Su tono se volvió serio. -Estoy realmente feliz de que te gusten. Nunca he comprado a nadie algo así antes. -

Amor accidental Camren (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora