Amor accidental Camren (Adaptación)

Capítulo 11 parte 2

Comprendiendo la muda petición, Lauren juntó sus codos para sostenerse sobre el cuerpo de su amante. Había olvidado de cuan sensibles eran sus pezones hasta que sintió las palmas de Camila frotarlos. Gimió y se arqueó al tacto.

-Oh sí... eso es agradable. -

-Te gusta esto, - la joven mujer observó.

-Mucho... - Las manos se movieron y Lauren ahora encontró que sus pezones eran rozados por curiosos pulgares. -Mucho. - Sentía los índices de Camila juntarse y comenzar a apretar en un movimiento de bombeo. -Oh sí, eso es tan agradable... - Intentó mirar, pero se sentía demasiado bien y sus ojos se negaron a permanecer abiertos. -Sí Camila, esto es... agradable y tierno... mmm-

-Lauren... - Las pequeñas manos dejaron los pechos y se envolvieron alrededor de su espalda, suavemente impulsándola hacía adelante.

Tomando la indirecta cuando vio la rosada lengua moverse rápidamente hacia afuera y humedecidos labios a la expectativa, ella montó a horcajadas el cuerpo de Camila y se inclinó adelante hasta que sus pechos se movían justo sobre la boca que esperaba. Esta vez se forzó para mirar. Sus ojos se movieron desde el castaño cabello y la morena piel a las perfecta cejas enmarcando los ojos marrones. La trayectoria continuó, pasando por los suaves pómulos y de la respingada nariz a los labios y a la amorosa lengua proporcionándole alivio a sus doloridos pezones. Como si lo que sus ojos estaban viendo no fuera suficiente, los oídos de Lauren fueron tratados con el placer de las palabras de Camila y de las manos que habían estado tocando ocasionalmente su cuerpo ahora deslizándose debajo de la pretina de sus jeans.

-Permíteme... oh... Camila... deja quitármelos. Necesito quitármelos. - Lamentó su petición cuando sintió la cálida boca dejar la sensible carne.

-Sí, - la joven mujer convino, intentando bajar el negro tejido.

-Yo lo haré. - Rodándose, Lauren rápidamente se quitó sus jeans y bragas. Antes de que pudiera volver a su posición anterior, se encontró sujetada abajo por su pequeña pero insistente amante. La boca de Camila reclamó su pecho mientras un muslo cubierto de color caqui se deslizó entre sus piernas. El áspero tejido frotó contra un ya hinchado clítoris y Lauren gritó al contacto.

- ¿Te lastimé? - Camila preguntó, con ojos temerosos.

-No. - Estiró su mano y acarició la suave mejilla, impulsándola suavemente a continuar su tarea. -No amor, no me lastimaste. Por favor... solo continúa haciéndolo... - Lauren suspiró cuando la caliente lengua acarició su pecho otra vez. -... Qué estás haciendo. - Sintió algo duro rasguñar su piel justo sobre su pantorrilla y, recordó un incidente anterior en la semana, separó las piernas para darle más que suficiente espacio entre el molde de su amante y su espinilla aún curándose.

El cambio provocó que su muslo presionara entre las piernas de Camila. Los murmullos fueron interrumpidos por lo que Lauren consideró ser un muy lindo chillido y repitió el movimiento, ganando un profundo gemido y devolvió un empuje de la castaña mujer. Eso es bueno para la piel. Sus largos dedos fácilmente se deslizaron debajo de los caquis y las bragas para un suave agarre a la redonda carne.

-Oh, Lauren... -

-Quítate esto, Camila. - Sus dedos se movieron más bajo hasta que rozaron húmedos rizos. -Déjame tocarte. - Un enfático cabeceo fue todo lo que necesitó para rodarlas. Cuando movió el tejido sobre el molde, un parpadeo de culpabilidad intentó meterse, pero el amor rápidamente lo apagó.

Sus ojos viajaron hacia arriba, su pulso se aceleró en el húmedo sitio visible en la entrepierna de las bragas de Camila. Castaños rizos asomaban, embromando con una indirecta lo que estaba oculto. Luchando por quitarse la tentación, Lauren miró sobre el firme abdomen, los perfectos pechos, la mirada de deseo y la pasión en la cara de su querida.