Finite Incantatem [•Cedric Diggory•]

12. Incertidumbre sobre la Segunda Prueba

°MARATÓN 1/3°

Imogen Potter estaba tontamente enamorada y se sentía la persona más especial de la tierra. Por primera vez en su vida ignoró todo lo que alguna vez le había hecho pensar que no valía nada, que solo era la hermana insignificante de Harry Potter. Le dejó de importar si los demás la veían o no, porque la realidad era que se encontraba bastante, bastante, bastante feliz e irradiaba pura positividad. Se convenció por completo de que ella era lo suficientemente valiosa y es que Cedric le había hecho ver eso, y no solo por el hecho de salir con ella, sino por todo lo demás, por todo lo que había pasado mucho antes del baile de navidad.

Usaba todo el tiempo aquel bello brazalete que Cedric le había regalado y la mayoría de las noches se encontraba observándolo y pensando en una infinidad de cosas, como el hecho de que sí, eso representaba el corazón de Cedric. Podría decirse, que era una de sus posesiones más valiosas, una que atesoraría toda la vida sin importar qué.

¿Qué se puede decir? El amor es así, te tiene completamente loco por la otra persona y te hace querer todo lo bueno del mundo para ese alguien, te hace no desear nada más que a esa persona.

A Imogen y Cedric les estaba pasando eso. Para ellos ahora su amor era lo que más importaba.

Aunque a Harry le costaba acostumbrarse a la idea de ver a su hermanita con novio, y aunque tenía aún rachas de celos y sobreprotección hacia ella, sabía que Cedric era un buen muchacho que sí valía la pena; eso sí, a pesar de ello, amenazó al chico de Hufflepuff con que no se atreviera a lastimar a Igi o sufriría las graves consecuencias, Ron e inclusive Fred y George igual, estaban decididos a proteger a su amiga si Cedric se atrevía a lastimarla.

Hermione era la que se hallaba más serena respecto a la relación de su amiga, y era la que ponía orden con los hermanos Weasley y Harry; apoyaba su relación, y era la principal confidente de Imogen con lo que respectaba a su noviazgo.

Mittens, el gatito de Imogen, era un gato mágico bastante selectivo, y no simpatizaba mucho con otras personas, no era mucho de apegos más que con su dueña y su hermano, pero con Cedric simpatizó bastante y ya lo quería demasiado, así que eso para Imogen ya era una ganancia enorme, que su gato aceptase a su novio. Sirius Black era otro asunto, pues estaba preocupado por el corazón de Imogen, que desde que la reencontró un año atrás rápidamente se ganó su afecto y la veía como con Harry, con una imagen paternal, y por tanto, le preocupaba que Imogen se hallase en una relación, cosa que la joven se dedicó a aclarar en una de sus cartas, expresando que conocía a Cedric y estaba segura de que no la lastimaría, pues sabía perfectamente que él estaba enamorado de ella como ella de él. 

Se desvivían el uno por el otro y pasaban un tiempo increíble juntos. Siempre reían y se apoyaban en todo. Cedric inclusive, apoyaba sus locuras más grandes, como el progreso de la organización que había creado con Hermione en defensa de los Elfos Domésticos, y como con travesuras vengativas en contra de Peeves y de más cosas. 

En sí, el joven Diggory no dejaba de reír con la chica Potter, más por todas sus ocurrencias y atrevimientos. Más aún cuando en una ocasión Rita Skeeter había hecho una primicia sobre Hagrid que lo perjudicaría, ese día, ambos se hallaban paseando como una pareja feliz en Hogsmade y al llegar a "Las Tres Escobas" se encontraron con Ron, Harry y Hermione discutiendo con Rita Skeeter por tal primicia, y claro que Imogen no deseaba quedarse atrás para decirle a la "vieja" sus verdades junto con su mejor amiga. Entre ella y Hermione le tiraron demasiada arena a Skeeter, quien no terminó contenta de ello y claro, se puso en contra de ambas, pero todavía más de Hermione. Aunque Cedric sabía que la vieja chismosa seguramente arremetería contra ambas de cierta manera, le pareció bastante entretenido y satisfactorio ver a ambas chicas enfrentarse a Rita.