Enseñame el Camino /KookMin/NamJin (Omegaverse)

Epilogo: 14 de febrero

Era 14 de febrero, el día de los amantes destinados, donde se celebraba la ceremonia de los mensajes de amor cumplidos del gran Valentín, en donde hermosas palomas de blanco plumaje descenderían para entregar pergaminos de deseos. Algunos lo pasarían con su ser amado, o con la persona que tan arduamente cortejaron para esa maravillosa ocasión, donde escribirían sus nombres juntos, en un pergamino que brillarían en la dorada promesa de unos felices para siempre, elevándose hasta el cielo por las confesiones de amor de la pareja.

Aquella celebración era mal vista por el conservador rebaño de Jin, por lo que nunca se le paso por la cabeza el que sería invitado, menos aún que aceptaría y se encontrara ansioso por ese hecho. Tenía una pequeña mochila llena de sus objetos completamente personales, el corazón agitado por las promesas de amor y el cerebro atormentado por la incertidumbre de su futuro.

-Seokjin- Llamo su padre desde el umbral de la pintoresca casa, ladrillada y sin decoraciones que la distinguieran de sus semejantes, con la cerca blanca que delimitaba un jardín genérico, con flores humildes, sin olor o colores llamativos, respetables como la familia que las cuidaba –Exijo una explicación a tu errático comportamiento.

Era ahora o nunca, el Carnero estaba arriesgándose mucho, estaba consciente de su situación, la de una tonta Oveja volviendo a confiar demasiado rápido –Me voy padre, dejo el rebaño, puedes negarme como hijo como tanto has querido- Para sorpresa del Alfa, Jin mantuvo la mirada, seria y firme.

-No fueron tus errores, fue siempre esa actitud, debemos ser humildes, acatar las sagradas reglas que nos rigen, porque dudarlas, cuestionarlas y desobedecerlas solo te llevara a la infelicidad. La palabra debe regir cada aspecto de nuestra vida mortal, para alcanzar la eterna felicidad al morir, si no hacemos sacrificios en este momento, tan corto y carente de significado, si nos dejamos llevar por las emociones que confunden y apartan del comportamiento sensato, perderemos la oportunidad más importante, el regalo más preciado ¿Por qué no puedes entenderlo, Seokjin? Que tu insensatez te ha condenado- Las mismas palabras, que lo inundaron de temor la mayor parte de su vida, parecían ahora menos aterradoras.

-Lo siento padre, por decepcionarte, pero como sé que nunca podre cambiar tu pensamiento y estilo de vida, espero que entiendas que me voy porque no es el mío. Mis instintos defectuosos irán a buscar su lugar en el mundo, dejando de perturbar este- Efectuó una leve reverencia, que fue correspondida por el rostro casado y resignado de su progenitor, para después cerrarle la puerta de aquel hogar, para siempre.

Siguió su camino, alejándose poco a poco de los suburbios que lo vieron crecer, de toda la realidad que conocía, embarcándose en una nueva aventura que olía a madera, robusta e implacable como el más frondoso bosque, el salvaje aroma a Lobo.

Namjoon lo esperaba en la entrada de aquella tienda que los reunió, su sonrisa era hermosa sincera y cargada de cariño, enmarcada por dos coquetos hoyuelos que lo volvían más simpático a los ojos de Carnero –Perdona por tardar.

-No hay tiempo perdido en esperarte- Coqueteo mientras ambos se tomaban de la mano, irían al claro del bosque, un hermoso paisaje para celebrar la fecha especial.

Mientras Jin relataba la pequeña charla con su padre, se le vino a la cabeza un pensamiento algo irónico y gracioso, algo que nunca hubiera concebido antes -Sabes, estaba pensando que mi apariencia como oveja negra era bastante encantadora, no me imagino con el pelo como una esponja y blanco- El Alfa asintió muy de acuerdo, le gusta la apariencia retadora del Omega.