Después de la batalla contra el medium en Magnostadt, ocurre un nuevo acontecimiento. Un nuevo poder abrumador nace de la nada en cuestión de un instante. "Ena" significa regalo de Dios y es exactamente lo que ella es. Una pequeña joven de quince...
Han transcurrido dos semanas desde que descubrí que llegue a este mundo solo para guiarlo, después de crear algo que me costó trabajo, moriré. Cruel pero es la realidad. Al principio tenía muchas dudas, si debería hacerlo o simplemente rendirme, ambas parecen buenas opciones y aun así decidí seguir la petición del rey Solomon. Siendo sincera me asusta haber elegido incorrectamente, tal vez debería dejar esto de lado y vivir mi propia vida a la manera que desee, sin embargo tengo un mejor corazón que eso. Prefiero haber muerto siendo alguien que morir siendo nada.
-¡No te distraigas! Estas entrenando-grito Sharrkan aventándome contra la pared.
Olvidaba que estoy en un entrenamiento con la espada, es el único entrenamiento en donde no pienso que mi alma está siendo consumida. Además es mi favorito, él no es como ciertas personas; Alibaba que suele pedirme que lo idolatre, aunque siendo sincera teniendo esas habilidades quisiera lo mismo, Judar que me hace entrenar hasta que me desmaye y me ensangrenté, Sinbad que me alaga hasta por estirarme, Ja'far que me cuida más de lo que me entrena, inclusive Aladdin y Yunan que me tratan como si fuera de cristal. Cada entrenamiento me pide más que el otro pero al final del día, todos dan el mismo resultado: matarme.
-¡Ten cuidado, Sharrkan!-grito Ja'far desesperado-¡estas siendo muy brusco!
¡Qué molestia! Desvió la mirada hacia Sharrkan para tratar de imitar sus movimientos, lo cual hago mejor que al principio. Su agilidad es impresionante, difícil de seguir el paso, nunca puedes predecir sus movimientos pues cuando lo intentas ya está derribándote contra la pared. Me concentro con todas mis fuerzas en sus movimientos... te tengo. Doy media vuelta y coloco la espada contra él, aventándolo contra la pared.
-¡Increíble! Has mejorado mucho, ya puedes llamarte mi subordinada.
-He ganado dos encuentros de treinta y dos.
-Antes no ganabas ninguno, es un buen avance.
-¡Ena! Seguimos en entrenarte-dijo Judar acompañado de Aladdin-date prisa.
No me da un respiro. No respondo nada y volteo hacia Sharrkan para agradecerle por el entrenamiento, pero Judar me toma del brazo alejándome de él. Últimamente es así, a veces llego a sentir que me exige más de lo que puedo hacer, pues la mayoría me trata delicadamente por el contrario el me abruma al pedirme tanto.
Nos detenemos en el patio trasero del palacio, delante de mí se posicionan Judar, Aladdin y Titus. Ellos me han estado entrenando para lograr convertirme en un magi de respetar.
-¿Dónde está Yunan?-pregunto desanimada-me ha comentado que esta mañana si asistiría.
-Yunan ha tenido que retirarse al Imperio Kou por asuntos políticos-dijo Titus-nos tocara a nosotros entrenarte hoy, por favor da tu mejor esfuerzo.
-Lo hará, hasta sangrar-interfirió Judar.
-No es necesario que se desmaye-dijo Aladdin alarmado-haremos algo muy sencillo y practico, todos estos días hemos exigido mucho.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
