Después de la batalla contra el medium en Magnostadt, ocurre un nuevo acontecimiento. Un nuevo poder abrumador nace de la nada en cuestión de un instante. "Ena" significa regalo de Dios y es exactamente lo que ella es. Una pequeña joven de quince...
Han transcurrido varios meses desde que volví a Sindria, los cuales han sido los mejores de mi vida. He vivido tanto con cierto grupo de personas; Hakuryuu y Judar. Nos hemos hecho inseparables, al grado de hasta dormir juntos en mi habitación. Desde el amanecer hasta el anochecer estamos juntos. Al principio compartíamos momentos incómodos pero han desaparecido. Aprendí mucho de ellos, además del entrenamiento, hemos hablado de temas un poco personales. Hakuryuu, quien es una persona que ha sufrido mucho por lo sucedido con su familia, es un acontecimiento desgarrador. Judar, quien es una persona que suele ser a veces insoportable ha llegado a comportarse muy amable conmigo, incluso me ha cuidado en mis desmayos y sangrados, últimamente se preocupa mucho por mi salud. Estoy agradecida de conocerlos.
-Entonces-dijo Hakuryuu con expresión maliciosa-el plan esta hecho.
-Afirmativo-dije mirándolo a los ojos.
-Bien, robaremos el Sake de Sinbad esta noche. Tenemos un plan perfecto.
-Es un gran riesgo-dije riéndome-pero hay que hacerlo.
-No entiendo la urgencia de tomar alcohol-dijo Judar recostado en el césped-ni siquiera sabe tan bien.
-¡Quiero tomar Sake!-dije ansiosa-quiero vivir la experiencia de estar borracha.
-Ridículo-dijo Judar chasqueando la lengua.
El resto de la mañana y la tarde nos concentramos en el entrenamiento, estudiamos por un pequeño lapso de tiempo en la biblioteca y practicamos un poco de magia extrema, la cual no logro dominar. Observo mi entorno, estamos descansando en el patio trasero del palacio, ya es casi la media noche. Hakuryuu esta medio muerto tendido en el césped, por su parte Judar se encuentra como si fuera la fresca mañana. Los observo con atención, es increíble que me haya encariñado tanto con ellos en un lapso tan corto de tiempo. La mayoría del día si no es que el día completo lo paso a su lado. Suelo reír fuertemente de la ironía que suelen llevar las palabras de Judar y de lo descuidado que puede llegar a ser Hakuryuu. Nos contamos secretos y anécdotas vergonzosas por las noches, caminamos por todo el palacio en pijama, comiendo algún tipo de fruto. Hacemos bromas constantes entre nosotros y a los demás. Realmente no se que haría sin estos dos.
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-Judar-dijo Ja'far desde al menos dos metros de distancia-Sinbad quiere verte.
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