Después de la batalla contra el medium en Magnostadt, ocurre un nuevo acontecimiento. Un nuevo poder abrumador nace de la nada en cuestión de un instante. "Ena" significa regalo de Dios y es exactamente lo que ella es. Una pequeña joven de quince...
Han pasado cinco días desde que Hakuryuu y Judar me abandonaron. El tiempo transcurre lento sin ellos. Los segundos parecen horas, los minutos días y los días meses. Desde el momento en el que me dejaron atrás al subir al barco me duele el pecho, justo como sentí al presenciar los cuerpos sin vida de mis padres en la isla.
Me he quedado quieta y en silencio en la comodidad de mi habitación, en completa soledad. Dejo las velas apagadas, la ventana cerrada y la puerta con llave. Nadie viene a hablar conmigo o tratar de animarme, entienden que necesito tiempo, lo cual agradezco infinitamente. En algunas ocasiones viene a traerme comida Ja'far y viene Yunan a tratar de conversar pero siempre terminan marchándose después de largos minutos de rechazo.
Necesito verlos. Necesito hablar con ellos. Necesito que me digan porque me abandonaron. No creí ni por un momento las palabras de Judar, su voz sonaba firme y su rostro se miraba triste, no tiene sentido que una persona que se supone te aborrece te mire con esos ojos. Es ilógico. Hakuryuu no pudo tener valor de verme a los ojos... eso debe significar que también le duele dejarme, ¿no? Me niego a dejarlos ir tan fácil.
¿Qué puedo hacer? No sé cómo llegar al Imperio Kou si es que están ahí, si le pregunto a alguien seguramente va a querer vigilarme durante todo el día y toda la noche. Nada marcha a mi favor... a menos que utilice... Magia. ¿Pero cuál tipo de magia? ¿De luz? ¿De calor? O de...clarividencia... Exacto. Yunan me ha enseñado a dominarla durante un buen tiempo. Es una magia que tiene distintos fines entre ellos están: ver el pasado o el futuro, comunicarse a largas distancias, ver eventos que suceden en diferentes lugares, entre muchas cosas más. Esta magia es utilizada principalmente para reunir información de algún hecho o tema, dado que esta magia no se puede alterar solo muestra la verdad. Es justo lo que necesito.
Cierro los ojos tratando de concentrarme adecuadamente para ejercer dicha técnica. Me dejo llevar por los recuerdos que tengo de ambos y al mismo tiempo recordando la presencia de sus rukh... la nariz comienza a sangrarme, lo estoy haciendo bien... los encontré, están en... ¿el calabazo número sesenta y ocho, Belial? Intento concentrarme con más fuerza... necesito verlos por más tiempo...
-E incluso antes de venir aquí, trajimos un inmenso poder con nosotros-dijo Judar levantando un poco el brazo-¿ya nos despedimos de ellos no?
No es verdad. No se despidieron correctamente. Simplemente se dieron la media vuelta y me abandonaron.
-...Si, así es...-¿Por qué Hakuryuu tiene un rostro tan triste?
-Tengo una última pregunta-dijo Hakuryuu mirando fijamente a Judar.
-¿Ah? ¿Y ahora qué?
-¿Por qué me estas ayudando? ¿Por qué no elegiste a Kouen o incluso Koumei, y en su lugar estas ayudando a alguien de la familia Haku...?
-Eso es porque lo que tienes dentro de ti es lo mismo que tengo yo-le respondió Judar tomándolo del hombro.
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