La Razón

31 0 0
                                    

>~-~<

Ariadna había encontrado la salida, pero ahora tendría que adivinar a donde ir, izquierda o derecha, eso inconscientemente le hiso pensar el Matías y Lautaro.

Eligió la derecha, la lluvia apenas la dejaba ver. A lo lejos visualizó a una persona, ella se escondió detrás de un árbol, era un chico, él estaba saliendo de una casa medio destruida, pero él estaba con algo en sus hombros.

Eran cadáveres, Rocío y Mauricio, él los llevaba a algún lugar, no iba a dejar que él lo hiciera, iba a matarlo.

Espero a que se acercara, cuando estuvo atrás de él le apuñaló la espalda una y otra vez hasta que calló muerto, le cortó la cabeza.

Siguió caminando, la lluvia estaba parando y se podía ver mejor. 

>~-~<

Ya había mandado a Facundo a mi sitio para comenzar esto, lo haría, pero antes tengo que encontrar a los otros cuatro.

Sé dónde podrán estar. Mi casa está cerca, ellos deben estar ahí. 

Llegué rápidamente, pero había una rama muy grande en la puerta, aunque me costó, pude sacarla.

Entré, pero no sabía dónde empezar a buscar. Los busqué por todas las habitaciones, y no los encontré, sólo me faltaba el sótano.

Al entrar no pude ver nada, pero sé que estaban acá, había escuchado pasos, pero luego no escuché nada, nada más que… ¡LA PUERTA!

Ellos escaparon, pero no podrán ir muy lejos, ellos no conocen el bosque tan bien como yo, se perderían y los encontraría.

Fui hasta la puerta detrás del sótano, estaba abierta subí sin hacer ruido, podía escuchar el llanto de uno de ellos. Al ver a fuera me detuve, sólo estaba un chico con su novia en sus brazos ¿Dónde estaría el otro par, no estaban juntos? Agh, no tengo tiempo para preguntas tontas, luego los busco.

- ¡Hey, miren a quien me encontré! La parejita feliz, oh esperen, no están tan felices. -dije haciendo un puchero.- ¿Qué pasó? ¿Tu novia se mató porque no te quería ver más? 

El chico se dio vuelta, al principio me miro con miedo, pero luego cambio por odio.

- ¡DEJAME EN PAZ! ¿POR QUÉ NOS HACES ESTO? Nosotros no te hicimos NADA.

- A ver, a ver, a ver, ¡A MI NO ME HABLES ASÍ PENDEJO DE MIERDA! ¿Por qué hago esto? Yo puedo hacer lo que YO quiera, este es MI bosque, NADIE puede decirme que hacer, así que no me vengas con “nosotros no te hicimos nada”, se metieron aquí y ahora tienen que pagar las consecuencias.-dije enojada.- Solo ella me entiende porque nadie siente lo mismo que yo, no entienden el sufrimiento como nosotras, juntas estamos mejor, y haremos que este mundo HARDA EN LLAMAS, pero para eso necesito que ella vuelva a la vida y ustedes son perfectos para hacer que esto funcione JAJAJAJAJAJAJA.

Él ya no me miraba con odio, era pánico lo que había en sus ojos, negaba con la cabeza y retrocedía con cada paso que yo daba, hasta que chocó con un árbol, vi como alargaba su mano y tomaba mi cuchillo de carnicero, se lo puso en el cuello de forma horizontal, golpeo fuertemente con su antebrazo este, así causando su muerte de forma rápida.

Lo miré un segundo con sorpresa, luego me encogí de hombros, <<menos trabajo para mi>> pensé.

Ahora tendría que buscar a los otros dos que faltan, espero que el otro estúpido este haciendo su trabajo bien.

>~-~<

Dafne y José corrían, aunque no sabían a donde, se sentían muy culpables por haber abandonado a Marcos y Florencia cuando llegaba el asesino. Quisieron llevar a Marcos con ellos, pero era de suponer que no la iba a dejar sola. Se preguntaban si ella despertó y salieron corriendo, pero sabían que no lo había hecho, solamente se mentían así mismos para no sentir tanta culpa.

Se detuvieron, ya que vieron que más adelante se distinguía la figura de una persona, la lluvia ya había parado, pero por la oscuridad no dejaba muy claro quién era. José, no se fijó que había debajo de él antes de que pisara, haciendo que una rama se rompa y golpeara a Dafne, ella chillo, rápidamente se cubrió la boca pero ya era demasiado tarde, ya los habían descubierto.

>~-~<

Ariadna buscaba a la asesina y a sus amigos al mismo tiempo, todavía tenía la esperanza de que alguno estuviera vivo todavía.

La lluvia había parado, por lo menos algo bueno estaba pasando. 

No sabía por dónde estaba yendo, pero tenía el presentimiento de que iba encontrar algo. Siguió, hasta encontrar el río, cerca de ahí distinguió una cabaña siguió su camino hasta allí rápidamente, pero sin hacer ruido.

Cuando llegó notó que la puerta estaba abierta, pensó lo peor pero no dejaría que eso la atormentará, entró y vio que había una luz proveniente de lo que podría ser la cocina.

Ella fue hasta ahí, reparó que había algo sobre la mesa, se acercó hasta ella y observó que estaba una pulsera y junto a esta un dedo, se preocupó, no quería que sus amigos estuvieran siendo torturados como Nicolás y luego asesinados, ya no podía seguir pensando así, mantuvo su mente en blanco, sabía que tenía que prepararse para lo peor.

Salió de la cocina y encontró un pasillo que habían escaleras que llevaban hacía un piso inferior. Bajó por estas y descubrió una puerta abierta, ella supuso que ahora debía ser más cuidadosa con lo que hacía. Entró pero no vio luz alguna, aunque notó que más al fondo entraba la poca luz de la luna, caminó hasta allí y distinguió la figura de una chica, era ella, se estaba yendo.

Al comprobar que no estaba más subió los pocos escalones y descubrió que había sangre en el suelo, comprobó que el cuerpo de la chica todavía estaba vivo, solo respiraba lentamente, ella abrió los ojos.

- Marcos…-susurró.- ¿dónde está Marcos?- preguntó desesperada.

Ariadna notó como pequeñas lagrimas salían de los ojos de la desconocida, se estaba muriendo pero ella no podía hacer nada, buscaba alrededor si el tal Marcos estaba por allí, pero no vio a nadie, entre los árboles algo le llamó la atención, había una cabeza, seguro él era Marcos, la chica estaba desesperada, no se podía levantar, su cabeza le dolía un montón, lloraba silenciosamente tratando de que nadie la escuchara, Ariadna se giró hacía ella.

-Lo siento. –dijo en forma de disculpa, sabía lo que era que alguien querido fuera asesinado.

Florencia lloró todo lo que podía, pero lloraba cada vez menos, de repente dejó de hacerlo. Ariadna la vio muy apenada, retuvo las lágrimas, reprimió los gritos de Nicolás la última vez que lo escuchó, siendo torturado antes de morir.

Corrió, sólo quería encontrar a sus amigos.

Al llegar a una parte del bosque se dio cuenta de que no sabía dónde estaba, solo árboles a sus alrededor, sin saber que hacer se mantuvo quieta, quería pensar lo que haría y como.

Un sonido la sacó de sus pensamientos, una rama quebrarse y un chillido para ser más específicos.

Se dirigió hacía el proveniente del sonido, cautelosamente sacando su nueva arma.

>~-~<

La búsqueda comienzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora