4.

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YoonGi

Cuando el niño del parque se fue no pude evitar fijar mi vista en su trasero, lo tenía tan grande y esponjoso para su edad, qué ni si quiera las chicas más grandes lo tenían así, —en su otra vida debió ser una negra de buen trasero. —dije mentalmente mordiéndome el labio inferior.

Me miró con el ceño fruncido y rápidamente caminó de vuelta, tomó mis cosas y las tiró a un lado, Nam y Jung se levantaron exasperados y lo empujaron haciendo que golpeara su culito contra el pasto.

—¡qué mirabas, idiota! —dijo con voz grave. Jamás pensé que aquel chico esponjoso y suave pudiera tener un lado oscuro muy detonado.

—tú culo, niñito. —respondí burlón y atrevido.

—eres un idiota. —susurró dándose la vuelta con sus puños apretados. Este chico si que tiene un humor negro.

—¡hey! Dímelo en la cara.

Lo pensó un momento y se dio la vuelta y tenía sus ojos oscurecidos, negros de ira, sus nudillos blancos de tanta fuerza y su respiración aumentaba al salir por su nariz.

—eres un idiota. —mirándome fijamente a los ojos. Estaba tan cerca mío que sentí su respiración mis labios.

Como si hubiera un demonio en él.

Lo tomé de su camisa con ambas manos sin sacar nuestras miradas de los ojos del otro, podíamos ver nuestros reflejos, ambos estábamos tan enojados que todos tenían su distancia en nosotros dos, ni me di cuenta cuando llegó tanta gente.

—vuelves a llamarme idiota, y te rompo esa cara de ángel.

el esponjoso rápidamente alivió su ceño y sus puños, se hizo frágil, su cuerpo se sentía delgado y débil. Era como si se hiciera pequeño.
Se soltó de mi agarre y salió corriendo, todos quedaron petrificados hasta yo quedé sorprendido por sus reacciones.

JiMin

Me senté en el suelo a la esquina del baño y comencé a llorar, mi primer día era un desastre y ahora nadie se me acercaría. En el momento en que miré a los ojos a ÉSE sentí los ojos de... Mi papá, esa mirada llena de furia y deseo, mi sangré la sentía correr por cada vena con una velocidad muy rápida. Y cuando dijo "ángel" recordé a mi abuela decirme que era su ángel, su luz, su universo, su corazón...

Escuché abrirse la puerta y me levanté con rapidez, habían dos chicos mirándome, a uno lo reconocí porque estaba en mi clase y el otro se veía menor.

—hola... Vimos lo que pasó... Tú... ¿estás bien? —preguntó uno de ellos.

Guardé silencio y observé el suelo, mis lágrimas volvían a caer con desespero y con mi manga limpié mis mejillas.

—me llamo Kim TaeHyung, vamos en la misma clase... Oh! y él es Jeon JungKook, es un curso menor que nosotros. —sonriendo.

Su sonrisa era cuadra pero tierna, ambos comenzaron a reír mientras se miraban.

Volvió a sanar la campana unos 45 minutos después, no me había dado cuenta que no comí nada de mi comida y mi estómago rugía de hambre. Ambos me miraron y se me acercaron, Kim estiró su mano para ayudarme a levantar mientras Jeon sacaba una barra de chocolate de su bolsillo ofreciéndomela en silencio.

—no gracias.

—¿por qué me ayudan? —pregunté.

—bueno... Nosotros también pasamos por cosas así con Min YoonGi hyung, pero, el nunca nos ha mirado de forma perversa, sino... Nos golpea y nos quita nuestra colación. —dijo lastimero TaeHyung. Su sonrisa había desaparecido al hablar de él.

—pues... Yo no me dejo intimidar. —parándome con firmeza, como si estaba vez tuviera el control de todo.

—lo sabemos, lo notamos. —dijo Tae.

—pero no sabemos porqué saliste corriendo o estás llorando.

—na-nada. —mi tartamudeo siempre me delata.

—mientes.

Me quedé mirándolos y recordé que tenía clases de historia, tomé mis cosas y caminé a la salida, antes de salir me detuve dándoles la espalda sin sentir algún movimiento en cuanto me di vuelta estaban mirándome con extrañeza.

—gracias. —salí con prisa y entré al salón, por suerte el maestro aún no llegaba.

🌸

—Aquí está tu helado de pistacho con chispas de chocolate. —dijo mi abuela extendiendo el helado.

—gracias...

Le di una lamida al helado sintiendo su dulce sabor en toda mi cavidad vocal, algo deliciosamente que hacía sentir placer. Era el helado más rico del mundo.

—¿y cómo estuvo tu día?

Recordé todo lo que pase de forma extraña como si todas las imágenes pasara por mi cabeza con rapidez pero alcanzaba a ver todo. Volvió a preguntar sacándome de mis pensamientos, la miré y atiné a decir:

—bien. —dije frívolo.

—qué bueno, mi niño. Me alegra que todo esté marchando bien. —sonriéndAsentí

Asentí con la cabeza y nos fuimos caminando a casa, fue un día tan extraño. Como todo eso pudo pasarme en un día, tal vez esos dos chicos no sería mala idea estar con ellos.
Siento una extraña sensación de volver a ver a los ojos a aquel chico, como si sus ojos me llamarán, como si quisiera saber algo.
—¿por qué era así? ¿qué le hice para que me tratara se esa forma?— Me preguntaba.

Al llegar a casa mi abuelo estaba ahí esperándonos con almuerzo, delicioso se veía e inmediatamente mi estómago comenzó a crujir. Al parecer ellos no habían almorzado pero no sabían que yo tampoco así que pensé que no habría problema en comer junto a ellos.
Nos sentamos a comer y comencé a comer con prisa como si se estuviera acabando.

—JiMin, por dios, no es forma de comer. ¿te comiste tu comida en el colegio?

—no, eque' le di mi comira' a un nino' que no tenía que comel' —respondí con la boca llena.

—hijo, no se habla con la boca llena o si no... —Seguí yo. —te saldrá una ballena.

Rodeé los ojos y seguí comiendo, pero esta vez con calma.

Luego de haber terminado de comer y lavar los platos que ocupamos fui a cambiarme de ropa y colocarme algo más cómodo que ese tonto uniforme. Miré por la ventana y estaban llegando vecinos nuevos, miré a aquel chico que estaba de espalda y no lo podía creer, ¿es que el universo está en contra mía? Era Min YoonGi.

Soft; [Yoonmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora