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Seúl, Corea del Sur

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Seúl, Corea del Sur

Pov Jimin:

Me encontraba en una convención, una de videojuegos, de esos frikis, si no me equivoco. Obviamente solo vine por Jungkook, ya que tengo que hablar con él sobre algo muy importante.

Al menos vine dejando todo listo para más tarde, dejé todo completo. Ahora solo debo hablar con mi Kookie, ya que todo depende de él, y su respuesta. No le quiero hacer daño a nadie, en especial a él. Yo lo amo mucho, siempre lo he hecho. Cuándo lo vi por primera vez, incluso cuando solo oía de su existencia.

Ah, tiempos aquellos en los que solo oía de él o solo lo veía de lejos. E incluso llegué al punto de acosarlo. Pero eso cambió gracias al consejo de Nam, el cúal consistía en hacerme amigo del castaño, gracias a eso todo cambió. Y debo agradecerle al negro, obviamente.

Demonios, estoy buscando a Jeon y no lo encuentro. ¿Dónde carajos se ha metido? Lo mataré si no lo encuentro, joder. Hay de él, si está cerca a alguna chica. Golpearé sin dudar al tucán si eso pasa.

Aunque sería más divertido matar a la chica, así Kookie me tendría miedo y se iría conmigo sin rechistar.

¡No, no! Ya tengo todo planeado, así que no lo arruinaré.

Aunque no será posible lo de matar a alguna chica, ya que, ya vi a Jungkook. Está con sus amigos, las pasivas básicas.

No se equivoquen, yo también soy pasiva, pero ni muerto básica.

Bueno, está con Kim Seokjin, alias la diva de toda la universidad en la que estudiamos. Y su hermano, Kim Taehyung, este no tiene tantos aires de pasivo. Pero digamos que en las relaciones que ha estado, le ha encantado que le dean, no dar.

—Hola chicos —digo cuando llego a ellos, agachando mi mirada—.

En serio, moriré si sigo actuando de esta manera. Soy tierno, sí, tengo mis momentos. Pero solo con Kookie, no delante de nadie más. Todo sea por el amor de Kook, y de no malograr el plan.

—Hola Jiminie, ¿todo bien? —dice Kook, y toca mi cabeza, a lo que inmediatamente me sonrojo. Joder Jeon Jungkook ¿no ves lo que causas en mí?—.

—¿Estás bien, Jimin? Estás todo rojo, cariño —Omma Jin, como siempre, no puede ser más discreta—.

También le decimos Omma a Jin. No de burla, si no de cariño. Ya que siempre nos cuida, nos mima, es decir nos cuida como si fuéramos sus propios hijos. Y es por eso que lo aprecio, es como la madre que nunca tuve.

¿Bonito, no?

—Sí Omma, estoy bien —y esta vez les sonrío sinceramente, porque no puedo negar que me trataron como una familia, y por ende los aprecio mucho— Oye Kookie, ¿Podemos hablar?

Proceso ¬ 국민·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora