II. Cercania

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Antes de todo, quiero pedir una disculpa por la demora, y otra cosita: los capítulos se publicaran cada martes~
Dicho y hecho, continuo como de costumbre.

Los personajes no me pertenecen. Escribí esto con fines de lucro y, la verdad, me divertí muchísimo.

Quiero también darte las gracias por tomarte un minuto de tu tiempo para leer♡

Solo advertir que Laurens aquí será activo y, además, la aparición una pareja secundaria (sólo mención de ella).

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Después de hacer un juramento de sangre -para no cruzarse de nuevo con Alexander-, pareciera que la vida le daba otra patada en las bolas, ya que semanas después de eso hubo otra reunión (a la que fue nuevamente obligado a ir), aunque esta vez en su casa y con menos personas.

Había menos, sí, pero no las conocía.

Ni siquiera queria una maldita fiesta.

El plan era Netflix toda la noche y tal vez llamar a uno de sus contactos para divertirse un poco.

Eso no era ni un poco cercano a lo que acontecía en su departamento gracias a Mulligan (todo idea suya).

Y estaba bien, no había problema, sabía que su amigo sólo quería que se divirtiera, pero... ¿era necesario invitar a Alexander a la fiesta? Aunque esta vez sin el hombrecillo amargado.

Los colores le subieron al rostro cuando se lo encontró, pues a pesar de no tener claro qué había pasado esa noche del cumpleaños de Hércules, había retazos de ello en su cabeza.

Como las suaves manos del menor -sí, le ganaba por dos años- deslizandose por sus caderas de manera indecente, hasta los roces de sus pechos y el choque de sus dientes cuando el beso se colocó brusco. También como sus respiraciones se aceleraban a causa de la falta de aire, pero eso no bastaba para que quisieran separarse unos milímetros.

Casi pudo escuchar muy en lo profundo de su mente el quedo sonido de los gemidos de Alexander contra su oreja.

Un golpe de calor le llegó al rostro.

¡Ahhh!

Definitivamente eso tampoco había estado en sus planes.

De más esta decir que lo evitó toda la noche en la fiesta.

Pero era suya, así que podía hacer lo que quisiera, y quien opinará lo cotrario, que se metiera un dudo por el culo.

La pasó hablando -más de lo normal- con chicos lindos -que sepa a saber Dios de dónde habían salido- y bailando con ellos, exagerando su risa y movimientos de vez en cuando.

Llevó sus rizos hacia atrás, y mientras sonreía ampliamente al castaño frente a él, pensó por un momento lo atractivo que era.

¡Carajo, que era guapo! ¡y él lo sabía por la sonrisa ladina que le había dedicado!

-¿Me permites...? -una voz a sus espaldas llamó su atención, y le volvió a latir con fuerza el corazón.

"JO.DER"

El chico frente a él solo sonrió, y a los segundos cambió de un sensual castaño a un guapo pelinegro con sonrisa de ensueño.

"Esto está mal..." pensó más por impulso.

-Veo que gustas de seducir a jóvenes presas...-el comentario dicho por Alexander logró captar su atención. Frunció los labios.

¿Acaso...? No.

Solo esperaba que ese tipo no haya creido que por un par de roces ya eran algo.

Jhon Laurens sería libre hasta sus últimos días.

-¿Qué pasa? ¿demasiado para un sexy abogado y magnate hombre de negocios como tu?

-¿Piensas que soy sexy? -ya, él había caido en su propia trampa.

-No estamos aquí para decir lo obvio, Hamilton...

-Yo creo que tu eres agradable...-tal parecía que el chico no sabía leer entre líneas no tan líneas. O solo le ignoraba-, y lindo...-continuó, tomando por sorpresa a Laurens- y un muy buen besador...

¿Ese tipo se lo estaba ligando y no hacia nada? ¡Que gran idiota!

Pero él mismo, por permitir aquello.

Una risilla ronca salió de lo profundo de su garganta ante los atentos pero divertidos ojos de Alexander.

-Tu también me pareces agradable...-admitió, echando sus revueltos cabellos hacia atrás nuevamente, sacándole una linda sonrisa de Alex- y bastante tierno por igual -la misma sonrisa que cayó, causando la risa del mayor.

-Eso fue bajo...

-Tu eres aquí el bajob-atacó, revolviendo los cabellos de Alexander.

Lo que realmente no esperó, fue que el de negros cabellos le tomara por el antebrazo, deslizando su manos suavemente hasta entrelazar sus dedos y, acto seguido, jalarlo con todas sus fuerzas.

La distancia se redujo considerablemente, pero eso fue lo de menos cuando, inesperadamente, Hamilton estaba solo a centímetros de su anatomía, rozando sus narices y rodeandole posesivamente la cintura con uno de sus brazos.

-No soy tierno...

Las palabras sonaron como un suave ronroneo, pero lo suficientemente fuerte para no ser opacado por la música.

Laurens tragó saliva pesadamente, aunque no evitó resistirse, y más tarde que nunca, sus manos estaban aferradas a las cadera de Alexander mientas que éste se sostenía de sus anchos hombros, atrayéndolos más a su cuerpo.

Los labios de ambos debían estar ya bastante hinchados por la larga sesión de besos que habían compartido en la pista, con las respiraciones aceleradas y sus lenguas luchando por un poco de lugar en la boca contraria.

Maldita sea.

¿Qué era todo eso?

"No podría importarme menos..." pensó, antes de que esas pequeñas, pero juguetones manos se enredaran en su rizado cabello.

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Si llegaste hasta aquí, quiero agradecerte infinitamente♡
¿Qué te pareció? ¿demasiado OCC? ¿alguna falta ortográfica o palabras repetidas? ¿Qué crees que suceda después? No dudes en decírmelo, es mejor para mi.

Sólo agregar que los votos me dan vida, y los comentarios, más ganas de escribir~

-Elii.

E S  J U S T O » LAMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora