III. Sueños

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Los personajes no me pertenecen.
Escribí esto con fines de lucro y, la verdad, me divertí muchísimo.

Quiero también darte las gracias por tomarte un minuto de tu tiempo para leer♡ Y de paso, a todas las bellas personitas que han comentado en capítulos anteriores. ¡Son bellísimas!❤

Solo advertir que Laurens aquí será activo.

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Laurens estaba confundido, sí.

Él. Estaba. Confundido

Los dolores de cabeza habían llegado como una abalancha que nunca acaba, al principio creyó que era el estrés, ya que ser un buen arquitecto nunca había sido fácil, sin embargo, y después de una semana de vacaciones, supó que no era nada de eso.

¿De dónde provenía entonces?

Intentar pensar en su origen y de dónde había brotado era aún peor, pues usando solo pocas de sus neuronas la cabeza pareció querer explotarle como una bomba de tiempo.

En cualquier momento.

Estaba bastantes inestable desde hacía una semana, lo poco que podía tener bien presente -o que al menos podía contar como una pista-, era aquella vez, caminando de su oficina a la de su jefe, y escuchó a un par de compañeros hablar sobre armas y disparos.

El fuerte dolor de cabeza que le dio luego de eso fue tan fuerte, que tuvo que retirarse por ese día.

Su jefe le recomendó entonces que tomara las vacaciones que tantas veces le había negado, y no tuvo de otra más que aceptar.

Con sus vacaciones, se relajó más y salió de vez en cuando a fiesta con Lafayette y Herc.

A Alexander no le había visto ya, y aunque debería sentir aliviado por eso, una presión en su pecho se hacía presente cuando lo recordaba por ratos, por eso es que buscaba entretenerse hasta con la cosa más minima, no le gustaba pensar tanto en aquel extraño personaje.

Y a pesar de estarse relajando y divirtiendose como nunca, los dolores en su cabeza no disminuían, todo lo contrario.

Dos días despues, llegó aquello que le aterraba como nunca.

Las pesadillas.

Desde pequeño le asustaban muchísimo sus propias pesadillas, pero no era el miedo que frecuentemente tiene uno por un simple y ficticio mal sueño, no, las suyas eran tan terroríficas que llegaba a tener ataques de ansiedad cuando una de ellas terminaba.

El pecho se le encogía por la falta de aire y las manos, al igual que su pecoso rostro, se llenaba de perladas gotitas de sudor, llegandole al cuello incluso.

Decir que estaba aterrado era poco.

Toda esa etapa de su infancia y parte adolescencia llegó poco despues de las migrañas.

Quería buscar la forma de deshacerse de ellas.

Buscando en internet, como cualquier persona civilizada haría -pues ni loco pagaria a un hombre que le mostrara imágenes al azar e hiciera recostarlo en su extenso sillón-, pero lo unico que encontró fue la solución no correcta para su problema.

"Averigua el porque de tus pesadillas. Lo mejor sera rememorar cosas que coincidan en tu vida diaria, con tus sueños"

Y he ahí el problema.
Cuando despertaba con la respiración cortada y las manos temblandole como una personas con parkinson, después de unos segundos ya no recordaba nada. 

E S  J U S T O » LAMSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora