Capítulo 12.

617K 21.3K 3.3K
                                    

•Miami, 06:25.

Alli no soporta el hecho de que Nate, el chico al que ella quiere, la haya engañado con otra delante de sus narices. Lleva una hora mirando al techo de la habitación buscando una explicación razonable para excusar a Nate de lo que ha sucedido, pero no encuentra ninguna.

•Narra Alli.

¿Todos esos rumores de que Nate me ponía los cuernos eran ciertos? ¿James tenía razón? Las preguntas que rondan por mi mente se responden por sí solas. Que ha sido un gilipollas... sí. Que me ha puesto los cuernos... también. Que todavía lo sigo queriendo... pues más cierto aún. Pero aquí la más gilipollas he sido yo, debería haberle hecho caso a James.

Esto es horrible, tengo que salir de aquí.

Salgo sigilosa de la habitación dejando a Mike solo en la cama. Ya ha amanecido. Cojo un conjunto cómodo y unas Converse, de mi enorme vestidor. Me quito los pantalones del pijama pero... ahora que lo pienso, ¿y si despierto a Mike? Mejor bajo al piso de abajo. Me meto en el baño, dejo mi pijama por ahí tirado y me visto. Voy hacia la nevera, ¡quiero desayunar! Tantas cosas para que no me apetezca nada, ¡JOSEPH, QUIERO TORTITAS CON NUTELLA!

Indignada, cojo mi Audi TT negro descapotable y salgo por la puerta trasera con mis gafas de sol, nadie puede verme con estos ojos tan hinchados.

Cuando necesito evadirme un poco de todo suelo ir a "mi" playa secreta, pero hoy no me apetece estar ahí. Iré a mi casita del árbol. Sí, lo sé, suena infantil y estúpido, pero me trae recuerdos de mi infancia y es como una segunda casa para mí.

[CASA DEL ÁRBOL AL PRINCIPIO DEL CAPÍTULO.]

Yo vivía con mis padres en Manhattan, mis abuelos nacieron aquí en Miami. Más tarde, mi madre y yo nos quedamos en Manhattan pero mi padre tuvo que mudarse a Miami por motivos de trabajo y se construyó una casa a diez minutos en coche de la casa de mis abuelos, dónde actualmente vivo. Mi padre mandó a construir mi casita cuando apenas tenía seis años. Él nunca estaba en casa, se iba con mi madre a viajes de negocios y a mí me dejaban con mis abuelos. Son como mis segundos padres, me he criado con ellos. Fue un época difícil para mí. Yo no tenía amigos y siempre estaba sola, mi abuelo me llevaba a pescar con él dos veces a la semana, e iba todas las tardes a la playa con mi abuela. La playa estaba a dos minutos de su casa y nos pasábamos las tardes nadando y haciendo guerras de agua. Un día, mi padre me dijo que iba a darme una sorpresa. Yo, una niña ilusa de tan solo 6 años, pensaba que iba a dejar sus negocios a un lado, que al parecer eran su prioridad, para venir a verme con mi madre. Recuerdo que me pasé una semana llorando todas las noches cuando me dijeron que tenía un nuevo sitio dónde jugar. Sus viajes seguían siendo su prioridad, SIEMPRE. La casa que me habían construido era preciosa, pero como ya sabéis, el dinero no compra la felicidad.

Hace tiempo que no veo a mis abuelos, así que hoy pasaré a visitarlos.

(...)

Y ahí estaba, subo las escaleras de mi casita, todo sigue igual. Sigue habiendo una pequeña marca de cuándo se me cayó el jarrón favorito de la abuela, sigue chirriando el noveno escalón, y cómo no, en la entrada sigue leyéndose el letrero, "Casita Miller". Abro la puerta, me agacho y abro el baúl. Stephany, Emma, Taylor y Erica... siempre iba ahí a jugar con mis muñecas, mi abuela me subía el desayuno por las mañanas. Cuando miraba por la ventana, veía a mi abuelo acostado en una hamaca.

El nombre de mi casita tiene una explicación razonable. Yo conocí a Mike cuando tenía cuatro años en un parque de Manhattan, fuimos mejores amigos desde los cuatro hasta los seis años, cuando mis padres decidieron llevarme con mis abuelos a Miami. Pasé ocho meses con ellos, acordándome de Mike, mi primer amor, todos y cada uno de los días. De ahí el nombre de mi casita.

FALL FOR YOU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora