FALL FOR YOU.

Capítulo 35.

·Narra Alli.

En mi cabeza retumba un molestoso portazo, no deja de repetirse y voy abriendo los ojos poco a poco. La habitación está en penumbra pero entran algunos rayos de sol por los rosquicios de la persiana.

¿Dónde estoy? No puedo distinguir nada. Tengo la vista nublada e intento levantarme pero... mi cuerpo no responde.

Oigo un ruido y una silueta moverse entre las sombras, unos destellos rubios llegan a mis ojos. Quiero decir algo pero no tengo fuerzas.

-¿Te acuerdas de mí?-me dice una voz conocida.

-¿Brooke?-pregunto con un hilo de voz levantando mi máscara de oxígeno.

-Sí, he venido a hacerte una visita. ¿Cómo te encuentras?-me dice tierna-Comentan que tu accidente fue realmente trágico...-pone su mano en el pecho.

-Vete... por favor.-

-Tranquila que me voy a ir, solo venía a advertirte de todo el daño que puedo llegar a causarte.-

-¿Qué?-digo débil, no tengo fuerzas para hablar. Me falta el aire y me pongo de nuevo la mascarilla.

-Estás aquí por mí, yo hice que acabaras aquí... tengo el poder de que tú termines aquí.-

-No te tengo miedo.-

Odio no poder argumentarme bien, no tengo fuerzas para hablarle y decirle todo lo que me gustaría decirle.

-Deberías tenermelo porque voy a hacer de tu vida un completo desastre Allison Hastings.-

-¿Por qué haces todo esto?-pregunto tras volver a apartar la mascara de oxígeno de mi cara.

-Me lo debes, toda tu familia nos lo debe a mí y a mi madre.-

-¿De qué estás hablando?-

-La empresa de tu padre fue creciendo tanto y tan rápido que fue apoderandose de todas las pequeñas franquicias de la cuidad. Mi padre se quedó sin clientes, ya que todos estos preferían comprar en una multinacional como la de tu padre. Tu empresa fue creciendo más y más hasta hacer que la pequeña franquicia de mi padre, Mac Smith, cerrara. No teníamos dinero y mi padre nos dejó. Nos dejó solas a mí y a mi madre, y todo por la culpa de tu familia.-dice conteniendo la rabia.

-No es nuestra culpa.-

-¡Claro que lo es imbécil!-

Se acerca a mí y saca las agujas del suero de mis brazos. Coge bruscamente mi máscara de oxígeno y la tira por la ventana. Abre completamente la persiana, atraviesa la ventana y sale por la escalera de incendios.

No tengo ninguna vía de suero puesta en mis brazos, y no puedo utilizar mi máscara de oxígeno. Siento que me debilito y sigo sin poder moverme, cada vez me va costando más respirar. Mis ojos se van cerrando poco a poco sin apenas yo notarlo.

·Narra Elisabeth.

Marcus me lleva a la cafetería y pide un zumo con unas tostadas. Imbécil, se cree todo lo que hago o digo. Creo que es ese tipo de personas de las que de bueno... a veces es tonto.

-Me gustaría comentarte una cosa cariño...-le digo tierna.

-Dime.-me sonríe.

-Ya sabes que mi hija está viviendo con mi ex-marido, y bueno... ahora que tengo un hogar mejor que mi antiguo apartamento me gustaría que se viniera a vivir con nosotros.-le sonrío-Me gustaría darle la educación que requiere una niña de su edad con un padre que la quiera, además... es de la edad de tu hija. Podrían llegar a llevarse muy muy bien y convivir como verdaderas hermanas. ¿Qué te parece mi amor?-