25.

3.5K 98 6
                                    

-Punto de vista de Patrice-

La única parte buena de entrar a clase tan temprano era que Calum estaba allí, esperándome, día tras día. Antes de empezar de hablar conmigo, antes de conocerme, Calum nunca llegaba pronto a clase. Calum había sido siempre el típico chico que llegaba tarde a propósito, daba igual a qué hora fuera la clase, daba igual quién fuera el profesor. Antes de conocerme, a Calum le daban absolutamente igual las clases y las notas. Sin embargo, ahora que estaba a mi lado y yo ejercía una buena influencia sobre él, Calum siempre llegaba pronto. Llegaba tan pronto que, cuando yo llegaba, él ya estaba allí, sentado en una mesa, esperándome. 

-Buenos días.

Dejé los libros en el suelo y me senté a su lado, sonriendo. Llevaba puesto un gorro de lana gris que no estaba incluido, por supuesto, en el uniforme reglamentario…pero le quedaba de maravilla. 

-¿Sabes que te van a obligar a quitarte el gorro, verdad? 

Él asintió, riéndose, y acercó su cara hasta la mía para darme un beso rápido en los labios. Yo no me aparté. Tampoco había mucha gente dentro de la clase. Tampoco es que ya me importara mucho. 

-Mira, te he traído una cosa.

Le miré con curiosidad mientras sacaba de su bolsillo el Ipod negro que me había regalado y que yo, en un ataque de rabia, le había lanzado a la cara. Me puse algo roja, avergonzada por cómo había reaccionado ante la situación…pero él no pareció darle mucha importancia. Sin decir nada sobre todo lo que había pasado antes del concierto, Calum me ofreció uno de los cascos blancos y yo lo cogí sin pensarlo dos veces. Estábamos sentados uno muy cerca del otro, tan cerca que nuestros cuerpos se tocaban y se daban calor mutuamente. 

-He añadido canciones nuevas. 

Le dio a un botón y el Ipod se encendió. Yo esperé, expectante. Me encantaba el gusto musical de Calum. Me encantaba que fuera la única persona del mundo que había conocido, hasta el momento, con la que podía hablar de música libremente. 

-Por ejemplo…

-Ésta. Te la dedico. 

Empezó a sonar Poison, de Alice Cooper, y con los primeros acordes sentí un escalofrío. Miré a Calum con los ojos muy abiertos.

-Es una de mis canciones favoritas.

Y lo era. Desde hacía mucho, mucho tiempo. Él, sorprendido, empezó a reírse.

-A mí también me gusta mucho. Estamos hechos el uno para el otro, ¿eh?

Sí, sí que lo estábamos. Dejé que la música me envolviera, dejé que la letra de la canción entrara por mis oídos, como tantas veces antes había hecho, y me llegara hasta el corazón. Dejé que Calum, que me estaba mirando fijamente, moviera su mano para coger la mía. Nunca antes me había cogido la mano, y mucho menos en público, por lo que sentí, al rozar su piel, un nudo en el estómago. La música, sus dedos entrelazados con los míos…era una sensación increíble. 

-Eres veneno recorriendo mis venas.

Le susurré, hipnotizada por la canción, mientras él empezaba a juguetear con mis dedos. Aunque parecía absorto en hacer dibujos sobre ellos, aunque parecía concentrado…estaba escuchándome, estaba escuchando la canción, y me respondió.

-Quiero hacerte daño sólo para escucharte gritar mi nombre.

Alzó la mirada y clavó sus ojos, sus ojos oscuros, en los míos. De repente, mi corazón se aceleró. Sentí que en ellos, en el marrón oscuro de su mirada, había un brillo extraño. Un brillo que no pude identificar. Su mano agarraba con fuerza la mía. Algo se instaló entre nosotros, algo oscuro y peligroso, algo que no pude identificar y que hizo que se formara un nudo en el estómago. No supe si se trataba de la canción, de su contacto, de mi intuición o de…

Crossed 》5SOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora