🔬La Ecuación de Dirac🔬

SABANAS ROJAS

No hay nada mas triste que el dolor del alma. Al menos es lo que estos dos están sintiendo. Aunque desde diferentes puntos de vista

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     La tristeza de Morinaga

    Han pasado casi dos meses y nadie sabe nada de Söuichi Tatsumi. Nadie sabe o nadie habla de ello. Morinaga había calmado su enojo y al no tener noticias de Souichi decidió viajar a Nagoya. En su apartamento solo encontró las cajas con sus propias cosas, todo lo de Souichi ya no estaba. Fue a casa de su tía, Matsuda, pero tampoco estaba allí.

    __Nii-san nos explicó que hará lo mismo que papá y se dedicará a la investigación natural. Así que viaja por el mundo y de vez en cuando escribe enviando una fotografía del lugar donde esta. Morinaga- San, le mandaré tus saludos cuando se comunique el próximo mes. Abrazo grande! hasta pronto! __

     Fue el mensaje que recibió de Kanako, luego de atreverse a escribirle y preguntarle por el desaparecido, sin mensionar su discusión ni nada acerca de su relación.

     Morinaga estaba destrozado, repasaba en su cabeza todo lo ocurrido. Pensaba que era su culpa que Senpai se haya aislado del mundo. Nunca debió ser tan duro con él. Algo en su interior le decía que Senpai no era sincero con su familia. Pero no podía hacer nada para evitarlo.

     El de pelo largo había cortado toda comunicación con él. Un recibo en su correo le decía que Söuichi Tatsumi había cerrado su participación en la cuenta bancaria en común y le había dejado todo el dinero ahorrado para la casa. También había cancelado su cuenta telefónica. Los mails que le mandaba daban usuario inexistente. En fin se había borrado de la faz de la Tierra. Al menos de donde Morinaga pudiera encontrarlo.

     Este dolor en el pecho le corroía el alma. Nunca había nada que no pudieran solucionar juntos. Disgustos, celos, malos entendidos, hasta ahora nada había podido separados durante estos seis años.
   Pero hoy todo había acabado, era como si Senpai ya no existiera mas, como si algo lo hubiese quemado por dentro a su amado y hecho desaparecer junto con todo el amor que le tenía, y ese ardor era el que consumía al abandonado Morinaga cada día y cada noche.
     No podía dejar de sentir una tristeza y amargura tan grande y no solo por sí mismo, sino por que sabía que donde quiera que su amado estuviera estaría solo y triste igual que él. Le conocía como nadie, sabía que no era un hombre normal, Souichi era diferente a cualquiera. Enfrascado en su cerebro solo había cabida para la ciencia. Nunca tuvo necesidad de caricias o de muestras de amor. Nunca, sino hasta que él le enseñó con paciencia y a empujones, obligándolo a despertar sus emociones dormidas. Enseñándole a sentir, a desear y ser deseado. Mostrándole pacientemente como es amar y ser amado. Ahora de nuevo era alguien solitario y ensimismado. Sin un amigo al que pudiera acudir. Tragando sus sentimientos y escondiéndolos delante de todos.
   Pero ese dolor auto infringido podría acabarse, si tan solo Morinaga pudiera saber en donde esta y correr a ayudarle.

      En vano repasaba los mensajes de Souichi de días antes de la pelea. Sus ojos no paraban de llorar al ver :

         "... (∂ + m) Ψ = 0) ... Baka!!! "

  Ese significado oculto en algo simple y complejo como él mismo, de algún modo era su llamado de auxilio cuando estaba desesperado. Si él hubiera sabido responderle, todo esto no habría pasado.

   La tristeza de Morinaga era tal, que el mismo Tadashi le recomendó algunos medicamentos, para ayudarle a sobrellevar la pérdida. El ejecutivo se aseguraba de cuidar bien de su compañero. Aunque Morinaga insistiera en no salir y quedarse en su casa esperando que su amado apareciera, Tadashi lo arrastraba cada mañana al trabajo y por las noches le acompañaba a cenar, aunque Morinaga nunca hablaba, solo comía y trataba de no verse tan patético.