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Se despertó con cierta pesadumbre en sus extremidades, notando el brazo de alguien rodeándole por la cintura. A primera instancia sonrió, sin embargo, en aquel instante sintió unas ametrallantes ganas de vomitar, algo que era normal en su condición, pero igual seguía siendo algo asqueroso y que odió hasta morir. Corrió hasta el baño que la gran habitación de Park poseía, sintiendo un déjà-vu ciertamente extraño, mientras vaciaba lo poco que había podido ingerir la noche anterior; la regurgitación a ese grado le parecía monótono, no obstante, aquella vez era diferente a cuando había vomitado, resaltando primero el líquido espeso y color carmín que salía de su garganta.

No podía gritar, a decir verdad, no podía hacer nada, ya que su vómito parecía no parar, y lo único que podía hacer era mirar cómo su sangre salía a borbotones entremezclada con su regurgitación monstruosa. Sentía el sudor empapando su frente y todo su cuerpo en general, cayéndole pocas gotas en los ojos, haciendo que se cerraran a causa del ardor que el líquido incoloro le producía al tener contacto con su ojo ocular. Podía sentir el sabor metálico de su sangre, y de cierta manera le causaba náuseas. Notaba cómo un escozor perforaba su estómago de tal manera que lo único que pudo hacer fue atragantarse un poco con su vómito; sus lágrimas se mezclaban con su sudor y el líquido amarillento y con grumos que había dentro de la taza del baño, rogando que aquel infierno acabase de una vez.

Cuando notó que cesaba, sintió cómo una sensación de alivio penetrante se extendía por todo su cansado y débil cuerpo, dejándole proferir un gemido al sentir que su estómago ya no quería devolver nada más. Se recargó sobre la tina de baño que yacía al lado del escusado, escuchando a muy duras penas el sonido de pisadas rápidas y desde luego desesperadas. Baekhyun sólo cerró sus ojos que parecían inyectados en sangre, tranquilizando su respirar mientras su cuerpo se recuperaba de tal pérdida de sangre y fluidos corporales.

Oyó los pasos detenerse justo en la entrada del baño, dejando cerrados sus ojos, los cuales le ardían a sobremanera. Ya tampoco podía usar su nariz, la cual parecía estar tapada, y la única salida que encontró fue el respirar por la boca, tomando de vez en cuando unas grandes bocanadas de aire de manera disimulada.

Mientras tanto, el magnate millonario se encontraba observando la escena con tal horror que su rostro estaba pálido, casi sin color, y sus extremidades yacían paralizadas, como si hubiese visto un fantasma. Desde su posición en el marco de la puerta del baño podía admirar la obra del adolescente, el cual lucía deshauciado y verdaderamente mal. Miró con pánico la sangre entremezclada con el vómito del menor, viendo también cómo la boca del bajito yacía manchada de líquido rojo y se le iba escurriendo por un lado de la comisura de sus finos y bellos labios.

Después de algunos segundos intentando asimilar la situación, Chanyeol acudió a ayudarlo, tomándolo con sus fuertes brazos y alzándolo del suelo. El rubio respingó ante la sorpresa de aquella acción, ya que como mantenía sus ojos cerrados no se enteró de nada, y se dejó hacer, sintiendo cómo sus brazos y piernas le pesaban a sobremanera. Aún no había podido normalizar su respirar cuando notó que era depositado sobre una superficie suave y cómoda, dejando que su cansancio le ganara y le dieran unas enormes ganas de dormir, sin embargo, notó que alguien le zarandeaba con cuidado, obligándole a abrir los ojos, los cuales se habían sellado como candados.

―Baekhyun. ―Escuchó que alguien le llamaba, no obstante, sonaba distante, alejado, como si el sonido proveniese de un pozo muy profundo―. Baekhyun. ―Fue nombrado por segunda vez, y el adolescente no tuvo más remedio que hacerle caso a la persona que le había estado llamando―. Baekhyun... Oh, Baekhyun, quédate conmigo. ―Escuchó que ese alguien rogaba y, por más que quisiera verle, su vista se encontraba nublada, y lo único que podía ver eran siluetas de cosas mal definidas e irreconocibles para él. Oyó el sonido de algo duro siendo depositado con dureza sobre una superficie de madera; fue lo único que alcanzó a reconocer―. Todo va a estar bien, lindo, ya llamé a una ambulancia, sólo necesito que te quedes a mi lado, por favor. ―Si el chico no hubiese conocido a Park Chanyeol, se dijo, no hubiera podido definir que se trataba de él, mas había algo en su tono de voz que le resultaba extraño, y es que le parecía haber oído un tono de preocupación en sus frases.

En espera ✎ChanBaekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora