Tú y solo tú

capítulo 3

Estas ebria

Mi respiración se entrecorta, mis manos se humedecen. Lo tenía tan cerca que hasta podía escuchar su corazón latir. No como el mío que estaba como loco.
Intento alejarme de su agarre, pero en el intento solo consigo terminar en sus brazos a cinco centímetros del suelo.

-Yo.- soy interrumpida por una voz chillona acercándose.

-Camille ¿Dónde has estado?- cuestiona Molly. Pongo una sonrisa tan tímida como puedo conjurar.

Justin luce tan victorioso, al fin consiguió mi nombre sin esfuerzo alguno. Me siento tan derrotada.

Mis mejillas se tornan rosas al recordar que estoy en los brazos de Justin frente a Molly quien no le quita la vista a él, ignorando mi existencia.

-Hola.- dice mi mejor amiga llevándo un mechón de cabello para atrás de su oreja.
¿Coqueteo?

-Hola.- contesta él. Luego de unos minutos al fin notaron mi presencia.
Justin me pone devuelta al suelo y luego de un leve suspiro dice:

-No olvides que te elejí CA MI LLE.- y nuevamente veo la superioridad plasmada en su expresión. Se retira dejándome a mí con las explicaciones.

*****

A penas pude desayunar, aún estaba asimilando lo que había pasado hace unos días.
¿Me elijió? ¿Para qué?
No entendí bien de que se trataba eso de la elección.
En realidad no entendí nada de lo que pasó esa noche.

Llegamos a eso de las cuatro de la madrugada a casa. Molly había tomado 1 botella y media de cerveza. Yo por otro lado, me limité a tomar agua sin gas. No quería llegar a casa hecha toda un desastre y encima tener que aguantar los zarmones que me daría mi tía.

Lleve conmigo a Molly, llamé a su casa y avisé a su madre que se quedaría conmigo porque es peligroso estar llendo a su casa a estas horas a lo cual la madre de Molly acepta.

Molly vive en una casa enorme, tiene como 5 autos, 3 mansiones, profesores particulares, un maldito niñero super guapo con el que ¿juega?, y millones con los que podría alimentar a todo un país en crísis.
(Ok creo que estoy exagerando).

-¿Que día es?-dice Molly bostezando. Hablando de la reina de Roma...

Su cabello parece un nido de pájaros. Y ni que decir que su aspecto. Maquillaje corrido, grandes ojeras un aliento de muerte, hasta parece haberse peleado con la cerveza. Para resumirlo, Molly no parecer ser Molly.

-Es tu cumpleaños.- digo divertida.

-¿Mi cum-pleaños? Yo pensé que mi cumpleaños fue el mes pasado.- ruedo los ojos.

Empujo a Molly a la ducha pero pone resistencia.

-Yo tengo más fuerza que tú Molly Margareth Ginger.- digo amenazándola con el dedo índice.

Ella me mira y suelta una risita. Pone una expresión modo "Pruébalo" y se cruza de brazos.
Corro hacia ella tomándola de la cintura y subiéndola a mi hombro.
Si, simplemente ella tiene peso pluma.
A pesar de sus pataletas y berrinches logro llevarla a la ducha.

-Esta vez ganaste, pero no por mucho.

-¿Eso crees?- pongo un brazo contra la pared para impedir que salga. Y con el otro brazo intento alcanzar la manija de la ducha.

-¡No! Qué ha.

Tssssssssss.- logré mi objetivo. Pongo una mirada victoriosa hacia Molly, quien esta totalmente empapada.
Pero aún siento que algo falto...
¡Su ropa!.