2O14.
En el cálido e interminable campo repleto de tulipanes de colores, la luz del atardecer acariciaba el cabello dorado de Karel, que brillaba como hilos de oro puro bajo el sol suave de la tarde. Ella y su hermano gemelo, Brian, estaban inmersos en una discusión, como solía ser costumbre para ellos. La brisa, cálida y suave, jugaba con sus mechones, que se movían con gracia alrededor de su rostro, enmarcando sus ojos azules como un cristal. Aquellos ojos, profundos y claros, reflejaban el fervor de sus emociones; cada pestañeo parecía un destello de azul cristalino, mientras sus largas pestañas rubias acentuaban una mirada que irradiaba tanto dulzura como molestía.
Para Karel, el fútbol era más que un deporte. En sus palabras, con cada gesto lleno de convicción, se sentía el peso de su amor por el juego. Para ella todo eso era un arte, una coreografía donde cada gol debía ser tan memorable como una pintura que nadie olvidaría.
—No, no, no —decía ella con un gesto firme—. Un gol tiene que ser hermoso, no puede ser solo un tiro al azar, Brian.
La voz de Karel era suave, pero mantenía una gran firmeza en cada palabra, llena de un idealismo que solo el arte podía inspirar. Brian, quien no compartía su romanticismo por el juego, cruzó los brazos, arqueando una ceja en un gesto de ligera exasperación que siempre la desconcertaba.
—Es solo patear el balón, Adrin. Tiene su gracia, sí, pero no tiene que ser siempre "hermoso" —respondió él con calma.
—¡Debe serlo! —insistió ella, clavando sus ojos azules en los de su hermano—. Así se vuelve inolvidable, y se convierte en arte. Un gol es un acto de belleza, rubio tonto.
Brian se encogió de hombros, esbozando una sonrisa burlona. Pero Karel, aún con su pequeña estatura y esa rebeldía que la caracterizaba, se mantenía firme en su postura, desbordando una pasión que era imposible de ignorar, y que a su vez causaba cierta gracia a los ojos de su hermano.
—Lo que importa es anotar, Adrin —replicó él, intentando reprimir una sonrisa—. Al final del día, lo único que cuenta es el marcador.
Frustrada, Karel soltó un suspiro y miró a su alrededor, esperando ver aparecer a su hermano mayor.
—¿Cuándo llegará Stijn? —preguntó, exasperada, mientras cruzaba los brazos—. Si no se apura, aquí podría ocurrir un 'gemilicidio'.
Brian soltó una risa despreocupada.
—Paciencia, no debe tardar.
Así pasaron un rato, discutiendo, tanto que cuando Karel pensaba en lanzarse y desquitarse peleando, el sonido inconfundible de unas botas acercándose rompió el silencio de la espera. Ambos giraron y vieron a Stijn, con su habitual sonrisa calmada y su cabello algo despeinado, acercándose con una seguridad innata que siempre los hacía sentir en casa.
—¿Qué tal, chicos? —saludó, dándoles una mirada divertida—. ¿Por qué iban a pelear?
—Porque tu hermana aquí dice que los goles tienen que ser hermosos —respondió Brian, apuntando a su hermana—. Mientras yo creo que lo único que importa es que el balón entre. Tú hermana no acepta otras opiniones.
Stijn rió, divertido por la pasión de ambos—. Así que tenemos a la artista y al pragmático en un solo lugar —él mayor posó su vista sobre Karel, quien esperaba que su hermano mayor le diera la razón—. Adrin, entiendo tu punto, un gol espectacular puede marcar una diferencia memorable, pero también es cierto que, al final, lo que cuenta es el marcador.
Karel bufó, insatisfecha con su hermano mayor.
—Ustedes no lo entienden porque son niños —replicó, cruzando los brazos con un aire de desdén fingido.
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Goal Artist ➪ Captain Tsubasa
FanficEn un mundo donde el fútbol es más que un simple juego, Karel Adrin Cruyfford brilla como una talentosa jugadora con una habilidad única para convertir cada tiro a puerta en una obra de arte. Desde joven, ha demostrado que su pasión por el deporte v...