CAPÍTULO SIETE

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2O22.

—Nos reunimos los fines de semana para entrenar —decía Karel mientras hablaba con Gino por teléfono, su voz sonaba muy emocionada, no podía contener su entusiasmo—, y luego empezaremos con amistosos contra equipos del Enderdivisie. Es como un sueño, ¿sabes? Todo empieza a tomar forma.

—Eso suena increíble, Karel —respondió Gino desde el otro lado de la línea. Su tono era cálido, pero había algo más, como si las palabras tardaran más en llegar—. Seguro serás la estrella de ese equipo. 

Karel rió suavemente, aunque notó que su comentario no tenía el mismo brillo de antes. Quizá era solo el cansancio, se dijo. Ambos estaban tan ocupados. Aunque desde hace días Gino había dejado de usar el "Kae" en ella, dato que no había pasado desapercibido. 

—Estoy haciendo todo lo que puedo para que eso pase, aunque se que mi hermanito es el mejor —dijo, su admiración por su hermano era algo que nadie le quitaba, y siempre que tenía la oportunidad lo presumía—. Pero bueno, no quiero ser solo buena, Gino. Quiero ser la mejor. 

Del otro lado, Gino asintió.

—Y lo serás. Siempre has tenido esa capacidad, por algo siempre has tenido bastantes fans...

Y en ese momento el silencio entre ellos empezo. Era como si, sin darse cuenta, hubieran empezado a vivir en mundos paralelos. 

—¿Y tú? —preguntó ella finalmente, queriendo llenar ese espacio—. ¿Cómo van las cosas por allá? ¿Qué tal los entrenamientos?

—Intensos —contestó Gino, y hubo una breve pausa antes de que continuara—. He estado trabajando en mi salto, en mi reacción. Quiero recuperar ese título, Karel. El mejor portero de Europa. 

Karel asintió en silencio, comprendiendo perfectamente lo que quería decir. Ambos perseguían metas inmensas, sueños que no dejaban espacio para mucho más. Sabía lo que significaba esa ambición; era lo mismo que sentía ella cuando se imaginaba alzando un trofeo. Pero en ese momento, sintió un pequeño nudo en el pecho. 

¿Qué pasaba si, para alcanzar sus sueños, sus caminos terminaban separándose?

—Eso suena... intenso, sí —dijo finalmente—. Estoy segura que es titulo volverá a ti, lo mereces.

—Gracias —respondió él—. Bueno, creo que debo irme. Tengo que revisar algunos pendientes. ¿Te parece si hablamos más tarde?

—Claro —contestó Karel rápidamente—. Cuídate, Gino.

—Tú también.

La llamada terminó, y Karel bajó lentamente el teléfono, mirándolo por un momento como si aún pudiera escuchar su voz. Sabía que los dos estaban enfocados en sus metas, pero también sabía que ese enfoque los estaba llevando a lugares distintos. No había resentimiento, ni discusiones, solo una distancia que crecía de forma silenciosa, como un río que se ensancha con el tiempo.

[...]

Karel bajó corriendo las escaleras de su casa con pasos rápidos, el eco de sus zapatillas resonaba en la madera. El timbre había sonado hace apenas unos segundos y, siendo la única en casa, sabía que le tocaba encargarse de abrir la puerta.

Al llegar, tomó el pomo con una mano y abrió, esperando ver algún repartidor o quizás un vecino. Pero lo que encontró fue completamente diferente.

Frente a ella, una chica de cabello castaño oscuro y ojos café claro esperaba pacientemente. Vestía de forma casual, con una chaqueta ligera y jeans. Karel la observó con curiosidad, sin poder descifrar de inmediato quién era.

Goal Artist ➪ Captain TsubasaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora