❀. O2

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Alejandro siempre fue caracterizado por su humor tan sincero pero gracioso que por más dolorosa que fuese la situación, él siempre reía como buen mexicano. Era su naturaleza a pesar de todo.

Verlo pálido, callado y sin nada más que toser sobre su asiento dentro de la sala de reuniones estaba poniendo de nervios a todos los presentes.

—. . . ¿Soy yo o a Ale le lavaron el cerebro? — Colombiano había murmurado a su vecino brasileño, quien se limitó a encojerse de hombros con la misma curiosidad de siempre.

Eu não sei, Coco.

Se volvió a escuchar toser a Alejandro un poco más fuerte que en ocasiones anteriores, esta vez si logró preocupar a más de uno.
Alemania, quien había agradecido el silencio que México le dio al principio, estaba incluido en esa lista de preocupados. — Alejandro, ¿Has ido ya a un doctor? —

El susodicho asintió. — Antonio me obligo a ir a uno. Me dieron unas pastillas tan alteradas que creo que me están matando. — Sonrió ante el jadeo de sorpresa de todos. — Mentira. Las pastillas están bien, pero solamente controlan esto por... eh, ¿unos diez, quince minutos? sí, mas o menos ese tiempo. — Alzando los hombros intentó quitarse la vista de todos de encima, pues lo que menos esperaba en momentos como esos era la presión por parte de los demás.

Antonio casi negó con la cabeza. Se levantó de su asiento y alzó su mano, logrando captar la atención de Alemania que murmuro un “Adelante” para que hablase. — Gracias. Bueno, — se volteo a ver a los otros. — quisiera pedir una votación para que Alejandro pueda retirarse de aquí. Quiero pensar que no soy el único que esta preocupado por su salud, además no creo que afecte su falta de presencia en una junta donde todos sabemos que no se llegara a nada. Así que, ¿Estan a favor de mi propuesta?

Con todos los presentes y su mano arriba, Alejandro soltó un bufido que fue seguido de otro ataque pequeño de Tos.

— ... Ya que todos hace por fin algo en grupo, — Alemania carraspeo, con un leve sonrojo en las mejillas. — La junta queda suspendida hasta nuevo aviso. — traducción: hasta que México se recupere.

Todos agradecieron de uno en uno se fueron retirando. Algunos pasaban a desearle una feliz recuperación a Ale mientras otros simplemente se despedían del mismo. Sánchez respondió a cada uno de ellos con una leve sonrisa en su rostro, sin embargo, la única razón por la cual seguía ahí fue por cierto asiático que, igual que él, esperaba que todos se fuesen para hablar en privado con México.

Y cuando parecía que por fin había acabado, el idiota americano hizo su aparición frente al asiento de Alejandro.

Dude! ¡Realmente me tienes preocupado! — un puchero se formó en la cara de Estados Unidos, quien se había cruzado de brazos. — No contestas mis mensajes, ni mis llamadas... ¡Nisiquiera me dejas en visto! —

— Alfred, te recuerdo que: uno, tú pareja y prometido esta por allá, — señalo a donde Inglaterra se encontraba, esperando al que fue su ex colonia. — Y dos, no he respondido mensaje de nadie. No eres nadie mío como para que me estés reclamando con tu jueguito de “novia celosa”. —

Le había dolido, mucho, decirlo. Pero esa era la verdad.

— ¡Pero claro que soy algo tuyo, Alex! ¡Soy tu vecino, tu héroe, tu mejor amigo!

Tosió.
Oh, bueno... Eso había dolido más.

— ¿Ale? Are you ok? — escuchar la genuina y preocupada voz de Jones hizo que su estómago se revolviera. Si la cosa continuaba así, posiblemente terminaría escupiendo todos esos putos pétalos que se esforzó por esconder.

pétalos anaranjados ❀ Latín Hetalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora