-¿Quien diablos eres? -pregunta Yuu al salaryman.
-Soy tu guía en este sobrenatural mundo, mi nombre es Harato Mochizuki, llamame Harato por favor.
-¿Sobrenatural? ¿Sabes lo que me esta pasando?
-Has sido acosado por algunos yokais, lo se.
-¿Yokais? ¿No eran solo viejas historias? -responde Yuu confundido.
-Siendo que acabas de deshacerte de uno creo que es mas que obvio que son de verdad. -El hombre le da la espalda a Yuu y comienza a caminar- Sígueme, a no ser que quieras que esa cosa vuelva por ti.
Yuu empieza a perseguirlo "Cualquier cosa es mejor que quedarme solo aquí" piensa.
La caminata se extiende durante media hora hasta que terminan en frente del colegio de Yuu, el lugar donde la pesadilla dio inicio.
-¿Que hacemos aquí?
-Digamos que vamos a un lugar diferente, espero que estés listo.
Con un enorme manojo de llaves Harato abre cada puerta que se les pone delante y consiguen llegar al baño de chicas del tercer piso.
-¡¿Que hacemos aqui?! -insiste Yuu.
-Ya te lo dije, vamos a un lugar diferente. -Harato toca la tercera puerta del baño mientras repite tres veces la frase "¿Estas ahí, Hanako-san?"
Al otro lado de la puerta se escucha la respuesta- Si, estoy aquí.
Harato abre la puerta y se encuentra con la fantasmal figura de una muchacha de preparatoria con falda roja, su piel esta teñida de un color morado blanquecino, llena de magullones y la sangre salpica todo su uniforme de colegiala. Sus ojos, vacíos, sin alma, el iris es completamente negro. Su cabeza reposa tranquilamente en su regazo, observando a Harato con una expresión vacía.
-Buen día Harato. -La niña levanta su cabeza con sus esqueléticos brazos y pega su vacía mirada a la de Yuu- ¿Quien es el nuevo?
-Es el nuevo sacerdote; es adorable ¿Verdad? -Harato empuja a Yuu hasta que queda cara a cara con el espectro- Salúdala.
Hanako esboza una sonrisa que podría parecer amigable y bonita, pero el hecho de ver una cabeza cercenada moviéndose y hablando no deja de impactar a Yuu. Tanto como para que caiga al suelo y se arrastre lejos de ella.
-Eso fue muy grosero -dice Hanako y devuelve su cabeza al regazo- Veras cosas mucho peores que yo, ¡No te asustes tan fácil!
-Perdónalo Hanako, es nuevo en esto ¿Puedes abrir?
-Ok, nos vemos -La puerta se cierra de golpe.
La puerta comienza a sacudirse como si fuese a salir volando en cualquier momento, el piso tiembla, el espejo también, como si fuese a romperse. Por un segundo parece que el mundo se caerá abajo, pero todo se detiene y el silencio inunda.
-Ya podemos pasar -Harato abre la puerta para toparse con, nada, absolutamente nada, un espacio negro vació. Uno en el que Harato salta y es tragado por la negrura.
-¿Tengo que meterme en eso?
Nadie responde, Yuu está completamente solo- ¿Que le hice al mundo para merecerme esto? -Da la espalda, y como un salto de fé, se deja caer hacia atrás.
Yuu abre sus ojos para darse cuenta que la caída ya terminó. Se encuentra en un lugar en el que nunca ha estado, pero siente que lo conoció en algún momento. Es un templo desgastado por el paso del tiempo, los pétalos de un árbol de sakura caen danzando en el aire.
Harato le tiende la mano para levantarlo del suelo, Yuu la acepta y se levanta.
-Bienvenido al otro mundo, joven sacerdote de Kokkuri.
-Ya me lo dijiste antes pero sigo sin comprenderlo ¡¿Sacerdote de quien?!
-Es cierto, no tienes la mas minima idea de este mundo, la explicacion tira a larga asi que escucha bien, no quiero repetir nada.
Yuu asiente y Harato comienza su explicacion- Kokkuri es un simple espiritu, pero aspira a volverse un Dios. Para ello necesita el poder de un sacerdote, aqui es cuando entras tu, ella te otorgo un poder que te conecta con ambos mundos. Ese poder tiene una contra, todos los yokais cercanos a ti vendran como polillas a la luz.
-¿Por que?
-A eso voy, tranquilo. Los yokais son almas en pena que se han quedado en este mundo por diferentes razones, en todo el tiempo que llevan aquí han olvidado quienes eran en vida, el deber de un sacerdote es recordarles quienes fueron, perdonar sus pecados y otorgarles el derecho a descansar en paz. Se podría decir que tu eres su única esperanza y por eso te perseguirán desesperados.
Con esa ultima frase Yuu queda conmocionado ¿El el es la única esperanza de las almas en pena? Simplemente no lo puede creer.
-Ya te conté todo lo que debía, ahora queda a tu criterio lo que decidas hacer. Yo también soy un sacerdote, pero no tengo la bendición de un espíritu como tu, así que no se como funcionan tus poderes.
-¿Como lo descubriremos?
-Aprenderás sobre la marcha -Los pétalos del cerezo son llevados por el viento y comienzan a cubrir todo el panorama, Harato solo sonríe y dice- Por fin llegamos, el mundo de los muertos puede servir como un portal a cualquier lugar que desees ¿Sabias?
El piso debajo de los pies de ambos se disipa, y caen sobre el duro asfalto. Uno muy conocido para Yuu, el que queda justo enfrente de su casa.
-¿Para que fuimos al mundo de los muertos si podíamos venir aquí directamente?
-Porque por culpa de cierto faro para los yokais toda la zona cercana a tu casa es peligrosa para personas como tu y yo.
Un alarido terrorífico suena de repente, la razón del peligro se presenta.
La Kuchisake-onna aparece rodeada de un manto de niebla.
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Kokkuri-San
ParanormalYuu Akagami es un joven japonés común y corriente que vive una vida común y corriente. Un día es convencido de jugar al Kokkuri-San por sus dos mejores amigos, pero en la sesión del juego algo sale mal y Yuu termina encerrado entre dos mundos, el de...