Prólogo: Efímero - Julia

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El amor debe de ser algo maravilloso, te enamoras de tu alma gemela, comparten momentos increíbles y después él gran cambio se da, te comprometes, te casas y formas una familia.
Sí, ese había sido mi sueño desde muy pequeña, pero al parecer a alguien no le pareció que yo fuera feliz y este alguien... terminó arruinando mi felicidad.

Podría decirse que tuve la oportunidad de vivir aquella sensación de estar enamorada y lo más importante, de ser correspondida. Viví la felicidad en carne propia, me enamoré y fui amada, pero aquello fue efímero

Veintiun años antes - Primavera del 97

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Veintiun años antes - Primavera del 97. 

Aún recuerdo cuando lo conocí, fue en aquel lugar turístico llamado: Los Hamptons. 
Mi padre me había conseguido la oportunidad de poder trabajar ahí durante las épocas de vacaciones más importantes del año.

La familia Williams me habían contratado, en aquellas pascuas y si todo salía bien, quizá volvería a ir a trabajar para el verano con ellos. Mi empleo ahí no era uno muy especial en realidad, simplemente era la encargada de limpiar cada habitación y lugar de aquella enorme casa que los Williams usaban para vacacionar. 

Aunque la casa era enorme, no era de sorprender, pues aquella era solo una más de todas las que ahí se encontraban... ese lugar era como el paraíso para la gente millonaria. Cada familia con dinero y poderosa de Nueva York se encontraba en sus mansiones para vacacionar en los Hamptons. 

Aunque me encontraba asombrada por el lujo que me rodeaba, los Williams me dejaban ir a caminar por la playa después de terminar todas mis labores. Aunque claro, tenía que ingeniarmelas para poder organizar mi tiempo y cumplir con mis responsabilidades. Eran amables, tenían una familia y vida aparentemente perfecta, aunque siempre fui precavida y mantuve en mente aquella advertencia que me dijo mi padre antes de salir de la casa:

  — Las personas con dinero son malas, no te fíes de ellos. Aún más los hombres, quizá puedan encantarte y deslumbrarte con sus lujos, pero los pobres no les importamos y para ellos solo somos unas ratas de alcantarilla.  

Vaya que me había dejado en claro que no me acercara o confiara en estos, le creí, por supuesto. En ese momento era muy joven y a pesar de ser cuidadosa, era muy ingenua. Mi familia solo consistía en mi padre y en mí, mi madre había muerto desde hace muchos años atrás y... la verdad era que mi padre no era el ser más paternal y cariñoso del mundo, de hecho... contaba los días para conseguir un buen empleo que me diera el dinero suficiente y me permitiera salir de mi casa. 

  — ¡Oye! ¿Quién te crees que eres?— alcé la voz y caminé hasta donde se encontraba ese chico. La casa tenía un cuarto con regadera y un vestidor pequeño al costado de esta para que uno pudiera cambiarse de ropa o enjuagarse la arena antes de entrar a la casa. Y justo cuando me había estado cambiando para ponerme un traje de baño, noté como había un sujeto observando por la pequeña ventana de aquel cuarto.

Salí a enfrentarlo y me di cuenta de que eran dos jóvenes que lucían de mi edad. Yo en ese entonces tenía dieciocho años, ellos probablemente también. 

  — ¿Quién se creen que son como para andar de mirones, eh?— los regañé, pues me encontraba bastante molesta. En ese momento llevaba puesto un bikini debajo de una playera holgada. Notaba como uno de ellos continuaba desnudándome con la mirada, me sentí incómoda y probablemente lo notaron pues este comenzó a reír.

  — ¡Cállate! ¿Todavía tienes el descaro de reirte? ¡Y deja de mirarme!— los miré a ambos con la frente en alto y los músculos de mi rostro se encontraban tensos, quería lucir amenazante para que estos no se burlaran de mí. 

Cadenas Rotas [Idea Original de EmiiProductions19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora