Durante toda mi infancia, adolescencia y ahora parte de mi juventud... no había estado con mi madre. Aunque bueno, Margareth de alguna manera lo era para mí. Los Moore eran mi familia y aunque no lo era de manera legal, yo me hacía llamar desde pequeña Julieta Moore.
Ángel y Stella son los mejores amigos, los mejores hermanos, si... porque para mí son los hermanos que la vida no me dió de manera sanguínea, pero si de manera espiritual. A veces los lazos que creas con las personas por elección son más importantes que los sanguíneos o al menos... eso es lo que yo siempre había pensado.
Invierno 2017 - Actualidad
— ¿Ya me vas a decir qué es lo que ocurre, Maggie?— le pregunté a Margareth, la había notado muy ansiosa desde hace una semana. La conocía y sabía bien que algo tramaba, no sabía si bueno o malo, pero aquel asunto la tenía algo inquieta.
— Te digo que te arregles bien Julie y me acompañes. Eso si, vamos a ir a Wallstreet, así que ponte tu mejor ropa.
— ¿Y para qué vamos a ir ahí?— pregunté sin entender mientras comenzaba a vestirme.
— Es para ....una entrevista de trabajo, desde hace mucho he querido que dejes ese empleo que tienes y bueno, este es el momento. — noté que mentía.
— Si, ajá...¿y cómo porqué alguien de Wallstreet va a contratarme a mí? Claro, si quieren a alguien de intendencia, seguro si me dan el trabajo, pero de todas maneras. — me crucé de brazos esperando a que me dijera la verdad.
— Solo vístete Julieta.— respondió aquello antes de dejarme sola en la habitación que Stella, ella y yo compartíamos.
Tomamos el metro para dejar el barrio en donde vivíamos, Harlem y llegamos hasta aquella zona lujosa y empresarial de Nueva York. Todos los rascacielos gritaban la palabra dinero.
Estaba acostumbrada a trabajar con los Buenavista y estos tenían no solo una mansión, sino que un departamento en uno de los rascacielos más lujosos y costosos de Manhattan.
— Oh... ahí esta el edificio de los Buenavista, la aseguradora Greatview.— dije aquello señalando aquel enorme edificio, sin embargo Margareth continuaba caminando a mi lado con bastante prisa, tanta que ni siquiera volteó a ver lo que yo le señalaba. Tuve que apretar el paso para estar a su misma velocidad y que no me dejara atrás.
En ese momento pensé en Ivan y mordí mi labio inferior inconscientemente. Sacudí mi cabeza y continué caminando. Hacía bastante frío, menos mal que en ese momento no estaba cayendo nieve, pero uno tenía que ir lo suficientemente bien abrigado para no respirar el aire frío.
Me sorprendí cuando Margareth entró a un gran edificio el cual se llamaba: Queen Ins. Company.
"¿En dónde estamos? ¿y por qué estamos aquí?" me pregunté.
Margareth habló con la recepcionista del lobby de la planta baja. Esta nos miró extrañada, seguramente porque eramos las dos personas más desarregladas que había visto entrar a aquel lugar.
No me extrañaba, después de todo... aun recuerdo cuando entré a trabajar de sirvienta en la casa de los Buenavista. La señora Buenavista me había tratado tan mal, que en un inicio creyó que yo tenía pulgas. Me mandó a bañar más de una vez en la habitación de servicio que tenían, trajó a una señora a que me revisara el cabello y después me vistió con aquel gris y opaco uniforme.
Por lo menos en este momento no me veía tan horrenda y asustada como lucía aquel día, aquel día hace exactamente dos años. Ahora tenía veintiuno y aunque quizá no era mucho la diferencia, los años habían marcado con cicatrices mi alma... o al menos, Claudia Buenavista se había encargado de ello.
"Increíble que aunque en ese momento, con aquel uniforme gris y ese rostro de niña asustada, Ivan Buenavista se hubiese fijado en mí", mis pensamientos fueron interrumpidos en cuanto escuché a Maggie pronunciar aquellas palabras:
— Queremos hablar con la señora Montez, somos Margareth y Julieta.
— Enseguida. — la recepcionista, tomó el teléfono para hacer una llamada y cuando lo colgó nos volteó a ver — La señora Montez los espera.— ¿Montez? ¿Ese es mi apellido? ¿Acaso....?— le pregunté aquello y la última interrogante se quedó en el aire mientras comenzábamos a caminar hacia el elevador. Cuando las puertas de este se abrieron para que entráramos y pudiésemos subir aquella cantidad incontable de pisos, Margareth respondió aquello que me dejó perpleja:
— Sí, es tu apellido y venimos a ver a tu madre.
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Cadenas Rotas [Idea Original de EmiiProductions19]
RomanceIdea Original de: EmiiProductions19 Escrita por: Reneé Zeta Sinopsis: Esta historia empieza quizá como la típica historia de Cenicienta, Julieta es una joven que está enamorada del hijo de sus patrones, Iván Buenavista. Ella desde siempre ha vivid...