Capítulo 5: Una Aparición Inefable - Julieta

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Enero del 2018 - Actualidad

Aquella fue una aparición que nadie se esperaba y mucho menos la señora Claudia Buenavista.
La entrada que hice junto con mi madre fue una que quedará grabada en mi mente por el resto de mi vida y lo más curioso es que... seguramente muchas personas que asistieron a dicha fiesta tampoco la olvidaran.

Mi madre tenía razón, la actitud era lo más importante y en ese momento, la seguridad con la cual entramos ambas se reflejó e impactó en cada uno de los invitados y mucho más en los anfitriones de esta.

Dicho evento se llevó a cabo en la terraza del penthouse de los Buenavista. Mi madre acudió a la fiesta con un vestido color rojo y yo por mí parte, vestí uno color blanco. Irónico, ¿no creen? utilicé el color de un vestido de novia, con la diferencia de que la mujer comprometida en aquella fiesta para celebrar unas futuras nupcias era otra.

—¿Y ellos quienes son?—preguntó una elegante y hermosa mujer a la dueña del departamento y anfitriona de aquella fiesta de compromiso.
—Nadie que tenga la menor importancia. —comentó Claudia Buenavista con los labios apretados y con la mirada llena de coraje, por supuesto que intentó fingir y responder de la mejor forma a la señora de Zolezzi.
—¿No sabes quién es Tasha? —preguntó a su amiga Francesca a su mejor amiga Natasha —Es la viuda de Howard, ¿Recuerdas a nuestra ex compañera de preparatoria, Viridiana Howard?—Natasha asintió mientras continuaba observando desde lejos a la chica de cabello oscuro y ojos claros, a cual era la mayor de ambas damas que habían llegado recientemente al compromiso de su hija menor, Nicole Zolezzi Collins.
—Pues resulta que después de que los padres de Viridiana se divorciaran, su padre se casó con esta mujer, Regina Montez y bueno, ella ha vuelto a utilizar su nombre de soltera después de que su esposo falleciera en un extraño atentado. Este le dejó como herencia la Agencia de Seguros que ambos crearon, Queens Ins. Company.—terminó de explicar Francesca, quien actualmente llevaba una revista y blog digitales en donde escribía acerca de Moda, Noticias de la Sociedad de Manhattan, entre otros temas.
—Ya veo Frankie, me agrada que siempre me pongas al corriente. Algo había escuchado hablar sobre Regina Montez, pero no había tenido la oportunidad de verla. —comentó aquello Natasha, en eso volteó a ver a la anfitriona de la fiesta y futura consuegra.
—Qué extraño Claudia, eres la anfitriona y dueña de esta casa, sin embargo no sabes quienes son tus invitados.— la familia Buenavista no eran tan importantes como los Zolezzi Collins en la sociedad de Nueva York, es por ello que aquel compromiso era tan importante para ellos. Unir a su hijo con la hija de una de las familias más importantes no solo en Estados Unidos de América, sino internacionalmente iba a ser subir diez escalones en un solo paso en la sociedad neoyorquina.
—Es porque no están invitadas, pero eso está apunto de cambiar. No tenía idea de quienes eran y para mí, son personas insignificantes. Ya saben, solo es una trepadora más que fue lo suficientemente oportuna como para casarse con un hombre que le puso su propia compañía, no le veo ningún mérito a eso.— comentó con evidente envidia y coraje.
—Pues yo veo que tu esposo sí que la conoce.—comentó su consuegra y en eso, Claudia percibió la escena de ver a su esposo Eduardo acercándose hacia mi madre.

Claro que yo escuché todo aquello, porque estuve lo suficientemente cerca como para enterarme de la posible envidia y disgusto que le generó el vernos a mi madre y a mí en la fiesta de compromiso de su hijo con la menor de las Zolezzi Collins. Por supuesto que yo fui en ese momento lo suficientemente precavida como para que no notaran mi presencia, tomé una copa de champaña y continué observando la escena de mi madre hablando con aquel hombre, el cual según me dijo... fue su mayor perdición.

El saber quienes eran las señoras con las que hablaba Claudia Buenavista, era un reciente aprendizaje pues aunque ya las había visto algunas veces en la mansión de los Buenavista, estuve investigando sobre ellas cuando mi madre me comentó que acudiríamos a esta fiesta. No me gustaba estar en desventaja, al menos ya no más, así que me había tomado la tarea de tratar de adaptarme a lo que parecía ser mi nueva vida. Mi madre ahora pertenecía a la élite de la sociedad neoyorquina y si yo quería pertenecer a esta, debía de saber como actuar como una de aquellas señoritas que habían nacido en cuna de oro. Por supuesto, no perdería mi objetivo.
Mi madre me había dejado muy en claro cual era este y yo aunque en realidad no deseaba la venganza, solo quería darme a respetar, que me trataran por lo que en verdad era y valía. Claudia Buenavista me había denigrado, humillado y despreciado, pero eso no iba a volver a ocurrir.

Cadenas Rotas [Idea Original de EmiiProductions19]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora