3 Noche de Cambios

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"No hay diferencia alguna entre hombre y mujer cuando el deseo los consume desde dentro hacia afuera, haciendo temblar sus entrañas en un potente orgasmo"

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"No hay diferencia alguna entre hombre y mujer cuando el deseo los consume desde dentro hacia afuera, haciendo temblar sus entrañas en un potente orgasmo"

~Chely Arath~

MIAN

Miro mi reflejo en el espejo, observando nuevamente como me queda el vestido que Liam me pasó junto con tres más para que eligiera el que llevaría a la dichosa fiesta de inauguración.

Y nuevamente, es un No rotundo. Es blanco muy ajustado al cuerpo hasta el punto de asfixia.

Desde que me entregó la invitación, él se ha encargado de buscar el atuendo perfecto para mi, esta demás decir, que cambió radicalmente mi guardarropas y mi cajón de ropa interior.

La cuestión es, ¿vamos a una fiesta o a vender mi cuerpo?

- Joder, Mian, ¿quieres decidirte de una buena vez por uno?.- ruedo los ojos por su décima cuarta queja, creo. Me calzo sobre los zapatos altos y contemplo una vez más mi figura, no me gusta.- todos son preciosos, y tu figura resalta con cada uno de alguna manera. ¡Dios! ¿Por qué no eres una amiga normal? Cualquier chica en tu lugar estaría brincando en un pie si su mejor amigo es la mano derecha de la mismísima Leonela Vidal.

Oh, sí, eso. William trabaja para Leonela Vidal, una diseñadora latina que está subiendo como la espuma en el mundo de la moda aquí, en Berlín.

Es una mujer realmente hermosa, pero un tanto misteriosa.

- ¿Por qué tenemos que llevar lo que dice en la invitación?.- pregunto, escogiendo otro y lanzando el que acabo de quitarme a su cabeza.

El vestido es rojo cerezo con dos finas tiras que pasan por mis hombros hacia atrás. Tiene un gran escote al frente mientras en la parte de la espalda la tela cubre cuatro dedos por encima de mi culo. Es largo, sencillo, sexy y bonito. Con una abertura en el lateral derecho que deja mi pierna a los ojos de cualquiera si camino.

Me gusta.

- Porque lo dice la invitación, obviamente.

Maldición, tiene razón.

Mi piel se eriza al recordar la nota.

Todo estaba detallado, desde los dos colores permitidos para la vestimenta hasta la tarjeta que permite el acceso a varias salas privadas.

Los hombres obligatoriamente debían llevar trajes negros; con la corbata, pajarilla o pañuelo de bolsillo del color asignado, en el caso de Liam, azul o verde. Para las mujeres era diferente, era obligatorio el uso de vestidos. Me tocó blanco o rojo, podía elegir.

- Este, me gusta este.

Liam levanta sus manos al aire inclinando su cabeza hacia atrás.

- ¡Gracias, dios!

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