VI

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La pequeña nota que Sooyoung me había entregado, traía más que solo aquel simple mensaje, en el reverso, tenía escrito coordenadas de una manera tan perfecta que no dude en pensar que quien lo haya hecho, tenía un trastorno obsesivo-compulsivo.

Y debido a lo despreocupada que a veces parecía ser la castaña, fue claro que no se trataba de ella, sino quizás de Kwon.

Cuando llegue hacía el almacén al cual me dirigieron las coordenadas, sentí al instante que algo estaba mal.
Aquel lugar era donde se guardaba cada una de las medicinas que debía tomar cada paciente del Creedmor, por lo tanto, era una zona restringida o al menos, eso fué lo que creí.

No había ningún solo guardia, enfermero, o siquiera un alma en aquel pasillo.

Sentí mis manos temblorosas, y una gotita de sudor recorrer por mí cuello, estaba nerviosa, tome una respiración profunda y comencé a avanzar hacía la puerta de metal.

Una vez dentro, todo se volvió oscuro.

Al recobrar el sentido, me di cuenta de que estaba en una oscuridad profunda, con las manos y los pies atados a una silla que me congelaba hasta los huesos. Intenté gritar, pero mí voz no salía, intenté soltarme, pero mí cuerpo no respondió.

Definitivamente, estaba drogada.

**

Escuché pasos en el lugar junto al chirrido de la puerta abriéndose, para luego ser cerrada de un azote, que me hizo estremecer.

-Dra. Jung, siento tanto tener que hacerle todo esto, pero deberá entender que usted es una amenaza para nosotras. -La voz de Choi retumbó en mí cabeza. - Como sabe, la he citado aquí el día de hoy porque debemos hablar de algo muy importante.

La luz hizo presencia en el lugar, cegandome por un par de segundos. Cuando volví a orientarme, vi a Choi sentada en el piso, como si se tratase de una niña pequeña, mientras que otra persona, permanecía lejos de la luz, recostada al lado de la puerta.

A pesar de las drogas, hice un esfuerzo por hablar.

-¿Qwe iefes?

Puedo estar segura de que la  carcajada que Sooyoung soltó, me atormentaria por un tiempo.

-La verdad, no esperaba divertirme tanto. No intenté hablar, sería en vano. En este momento, usted tiene la misma capacidad de habla que un bebé de un año o menos.

-¡Oi!

Ni siquiera el tono de mí voz se alteraba, me seguía pareciendo como un susurro, mientras sentía mí saliva escurrirse por un lado de mí boca, tal y como ella había dicho, ahora solo era un bebé que parecía balbucear y babear.

-No tengo intención de retenerla más tiempo, la verdad es que lo que quería decirle, no era muy difícil pero vamos, quería agregarle un poco de drama.

-Apurate Sooyoung.

Por primera vez, la voz de Kwon hizo eco en el lugar y para ser honesta, preferiría no volver a escucharla.

-Bien, mire Dra. Jung, usted está interesada en algo que me pertenece, algo que es únicamente mío y de nadie más y no pienso compartir. No volveré a cometer el mismo error, otra vez. Así que, le sugiero que si está tratando de hacer daño a Tiffany, o de hacer que jamás salga de aquí, se mantenga alejada, porque le aseguro que se usar más que solo pastillas para que las personas se mantengan calladas, ¿Entendido? - Luego de eso, Choi se levantó del piso, se limpio un poco el rastro de polvo que tenía y se acercó hacia mí, levantando mí rostro, dejándome ver esa sonrisa socarrona que portaba a veces para después, acercarse a mí oído. - Te juro Jung, que si te interpones entre Tiffany y yo, te haré callar igual que lo hice con Sooyeon.

Su declaración fue capaz de hacerme soltar un leve quejido, ponerme la piel achinada y que más de una gotita de sudor rodara libremente por mí cuello.

Y cuando creí que había terminado, la oscuridad de nuevo me invadió.

Al final, fué Joo Hyun quién me encontró tirada en el piso del almacén totalmente desorientada con un leve corte en mí pómulo izquierdo.
Una vez que me ayudó a salir de ahí, sus preguntas me invadieron, y me encontré respondiéndole de manera mecánica: "Si", "No", "No recuerdo".

Aunque estaba segura de que nunca se me iba a olvidar lo que Choi me había susurrado.

Sin embargo, a pesar de todo, mis ganas de proteger a Stephanie Hwang, se volvieron más fuertes que cualquier miedo o duda, que pudiera haber sentido antes y ahora, solo tenía otro motivo más para sacarla de Creedmor y asegurarme de que esté a salvo.

The Girl With a Broken SmileWhere stories live. Discover now