II

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Una habitación pintada de un rosa pálido me recibió una vez que cruce el umbral, había una pequeña cama algo deshecha justo en frente de la pequeña ventana y algunos muebles fuera de lugar, supuse que esos eran los que se escuchaban ser arrastrados cuando la Jefa Kim pidió que abrieran la puerta.

-¿Habitación dulce habitación?

Observe de nuevo a la chica que se mantenía detrás de mí, era hermosa, sin lugar a dudas. Tome una respiración profunda, debía borrar ese tipo de pensamientos de mi mente, estaba ahí para ayudar a Hwang, no para alabarla.

-¿Por qué han cerrado la puerta? - Cuestione.

-Existen personas que no tienen permitido el ingreso aquí, Dra. Jung.

Aquello solo me genero más dudas.

¿Quiénes eran las personas que no podían entrar?

¿ O se refería acaso a otras cosas más allá de todo?

-¿Le parece bien si comenzamos?

-Sí.

Hwang se sentó en la cama, recostándose contra la pared, sus piernas contra el pecho y sus manos sobre las rodillas, rascándose una picazón inexistente, nervios, supuse.

-Bueno, soy Stephanie Hwang pero todos me conocen como-

-Stephanie... -Pronuncie en un susurro pero supuse que por el poco espacio en aquella habitación ella había logrado escucharme porque se detuvo de inmediato.- Lo siento, ¿Decías?

-Que todos me llaman Tiffany.

-Está bien, Tiffany.

-No, llámame Stephanie.

-Pero acabas de decir-

-Solo mis amigos me llaman Tiffany, tu llámame Stephanie.

-De acuerdo - Suspire y procedí a anotar su nombre en la pequeña libreta que decidí llevar conmigo- ¿Algo más?

-Tengo 27 años.

Tenemos la misma edad.

-Soy de Estados Unidos.

Yo también.

-Al igual que Sooyeon.

¿Sooyeon?

-¿Es amiga tuya?

-Es mi novia.

-Oh...

¿Sera la paciente de Soonkyu?

-A ella no le agradas.

-Hm... ¿Y por qué?

-Porque dice que vas a hacerme daño, Dra. Jung.

-Estoy aquí para ayudarte Tiff-Stephanie. No pienso dañarte, ¿Esta bien?

Se removió incomoda, como si no le gustase del todo escuchar aquello, cambio de posición antes de volver a hablar, cruzando una de sus piernas mientras que la otra permanecía contra su pecho y la abrazaba, luego de eso volvió a centrar sus ojos en mí y apoyo su mentón sobre sus manos.

-Tiene unos ojos bonitos, Dra. Jung.

-Gracias. ¿Hay algo más que quieras decirme Stephanie?

-Muchas cosas de hecho, pero mientras yo estoy aquí, exponiéndome, usted se mantiene detrás de una espesa cortina de humo que no me permite ver nada.

-Bueno, también soy de Estados Unidos y tenemos la misma...

-¿Cómo se llama?

Odiaba que me interrumpieran.

The Girl With a Broken SmileWhere stories live. Discover now