¡Somos artistas!

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Harry: (abre la puerta de la casa con dificultad, atestado de bolsas provenientes del supermercado más cercano) ¡Louis, amor, ven a ayudarme con las compras! (espera, aún sin deshacerse de su carga) ¡Louis! (grita, esta vez más fuerte que antes. Sin embargo, no recibe respuesta alguna. Suspira, mientras deja todo sobre la mesa y se dispone a subir las escaleras. Al llegar al piso de arriba, lo reciben risas muy sospechosas. Entra a la habitación de Jeffrey y al ver la escena ante sus ojos, está a punto de darle un ataque) ¡Por amor a todos los mares, cielos y dioses! (exclama, horrorizado)

Jeffrey: (con restos de pintura en su cara) ¡Hola, papá! (se levanta con la intención de abrazarlo, pero se detiene, confundido, al ver su expresión) ¿Qué sucede?

Harry: (atónito) ¡Mira tú qué coincidencia! ¡Si es eso lo que yo quisiera preguntarle a tu padre! (observa a Louis, consternado, aguardando por una explicación)

Louis: (se aguanta la risa) Harry, cielo... Jeff y yo sólo queríamos ser creativos...

Harry: ¿¡Y para eso era necesario arruinar mis inmaculadas paredes blancas!? (se acerca a contemplar los daños. El elegante color crema había sido reemplazado por un azul chillón).

Louis: (encogiéndose de hombros) Jeffrey quería cambiar el color de su alcoba. No iba a negarme, Harry.

Jeffrey: (asintiendo, ajeno al profundo sufrimiento de su papá) ¡Es cierto! Papi Louis dijo que podíamos jugar a ser artistas. ¡Y además, el azul es mucho mejor que el blanco!

Harry: (mirando con reproche a su esposo) Pues tu padre debería saber qué hay personas que se dedican profesionalmente a pintar interiores, cariño. Mira cómo te ha quedado la carita. Hay pintura por todos lados... ¡y en la madera recién pulida! Louis, eres un desastre
(se cruza de brazos).

Louis: Oh, vamos... no seas amargado, Hazz (se le acerca de manera coqueta, lo cual logra arrebatarle una sonrisa. Sin embargo, Harry se aleja).

Harry: (negando con la cabeza) Ni se te ocurra tocarme con tus sucias manos azuladas. Eres un caso perdido.

Louis: ¿De verdad? (hace un puchero que finge ser inocente) Yo creí que querrías ayudarnos, amor... (en voz baja, para que Jeffrey no escuche). Apuesto a que te ves muy sexy cubierto de pintura.

Harry: (intenta mantenerse al margen de aquel descarado flirteo).

Louis: Quién sabe, quizás hasta podría recompensarte por ser tan servicial (le guiña un ojo).

Harry: (gruñe, rindiéndose) Dame esa maldita brocha. Jeffrey, déjame a solas con tu papá.

¡Quieren volvernos locos! (l.s) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora