América 2P Allen L. Jones

1.7K 169 393
                                    



Jueves

Estados Unidos revisó la estantería de Inglaterra. Hizo varias llamadas y luego se sentó en el sofá. No había dormido nada en todo el día y unas bolsas gruesas colgaban de sus ojos.

El británico no había vuelto en sí desde ayer, y eso había dejado pensando al americano.

"Si Inglaterra sigue conectando con tus alternos, pronto se esfumará al igual que ellos."

¿Qué tan cierto podría ser eso? No conocía nada del tema. No tenía algo relacionado con esto, quizás sus historias ficticias, pero hasta el nombre lo decía. Ficción, ajeno a su nueva realidad.

- ¡Hey! - Estados Unidos sintió como su hombro era utilizado como catapulta para pasar a su lado. –Escuché que se deshicieron de todas las nenas. – El trigueño echó sus mechones a contrapelo mientras subía sus pies sobre la mesa baja de enfrente.

El ojiazul lo miró indiferente y sólo se limitó a sonreírle hipócritamente mientras quitaba el brazo del ajeno de su hombro.

-Que mal por ti. Te han dejado solo. –

- Mira que tienes carácter. - Se rió. –Creí que serías, ya sabes, un llorón. Esa fue mi primera impresión cuando te vi entrando y reclamándole a Inglaterra. ¿Dependes mucho de él? – El tono mezquino de Allen molestó a Estados Unidos, sin embargo, optó por no ceder a esas provocaciones.

El moreno esperaba una respuesta, pero al no obtenerla, siguió hablando pese a la obvia indirecta del rubio.

-Aún estoy conmocionado. Si te soy sincero, no esperaba para nada encontrarme a alguien como tú-ustedes. – Corrigió. –No me siento conectado. –

Conectado. De nuevo aquella palabra retumbaba en los oídos del rubio. Una conexión que sólo podía lograr Inglaterra con sus alternos en su lugar, no parecía tener sentido. Pero Allen tenía razón, a pesar de ser la misma persona, no parecían tener un vínculo.

- ¿Estás escuchándome gordito? – Estados Unidos sintió un jalón en su oreja y el alarido del castaño resonar en sus tímpanos.

- ¡Auch! ¿Qué te sucede? – Exclamó sobando su oído.

- ¿Entonces cómo está? –

- ¿Eh? ¿Quién? –

- Tú de verdad te pierdes, ojalá así fuera de fácil perder peso ¿no es así? – Le sonrió burlonamente. –Inglaterra, ¿cómo está él? –

Estados Unidos estaba molesto por el comentario anterior, no es que fuera gordo o se viera así, no por supuesto que no. Luego recordó los insultos del británico hacia su físico y por segundos se cuestionó aquello.

- Tierra llamando al come hamburguesas. – Allen chasqueó los dedos enfrente de su compañero repetidas veces.

- ¡No estoy gordo! – Fue su respuesta final. Más bien un chillido que aturdió al otro.

- Pork chop cálmate. No deberías darle tanta importancia a eso en estos momentos. ¿Cómo es que tu prioridad sea tu peso en lugar de Inglaterra? Pero bueno, eres tan patético que debía esperármelo. ¿Vas a responderme lo que llevo preguntándote hace un rato? ¿O quieres que conversemos como jovencitas sobre la dieta? – Pestañeó sus ojos inocente.

-Maldición. - Se sobó las sientes mientras retiraba sus anteojos. –No lo sé. ¡Simplemente no lo sé! - Estalló con un golpe en la pared. No le gritó al otro, se gritó a sí mismo. En el fondo se odiaba por no tener ninguna idea de lo que estaba ocurriendo. Era tal como lo había dicho Inglaterra, no lo entendería.

7 días, 7 de ti. (UsUk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora