7 días, 7 de ti. (UsUk)

Sweet Devil America!

Sábado

Las pequeñas gotas de agua que se deslizaban en la ventana dibujaban en su trayecto un elegante brillo contra el cristal. La neblina cubría gran parte del paisaje y su gris dejaba poco que apreciar.

Inglaterra se apoyó sobre el marco mientras sin ánimos observaba a la nada. Jugueteaba con el presente de sus hadas y confuso lo apretaba. Aquel demonio tenía razón, había algo más detrás de aquel colgante.

"Desde que nos invocaste. Todo lo que hagas, es asunto nuestro..." La piel se le erizó cuando su mente proyectó aquellas palabras. Su cuerpo no le permitió reaccionar cuando aquel demonio lo amenazó, el vértigo se había apoderado de su conciencia y prácticamente se quedó inmóvil mientras aquella ráfaga densa cubría sus pies. Se sentía solo e intimidado. Fue Estados Unidos quien lo había sacado de trance cuando lo sostuvo por lo hombros y lo apartó de aquel ente lóbrego.

El británico apretó nuevamente su collar. Se había quedado con dudas y por si fuera poco, no había visto a sus hadas desde aquel evento con el espíritu maligno.

Pestañeó repetidas veces para regresar a su presente. Aquellos ojos esmeraldas habían perdido sutilmente su brillo, sus pupilas mostraban a un inglés lleno de cansancio y cuestiones que le arrebataban el pensamiento. Se estaba agotando.

A la distancia Inglaterra era observado por dos entidades que apenas hacían eco de su presencia. Parecían cazadores resguardando a su presa, sin un ruido, sin movimientos, ni siquiera una sombra proyectada denotaba su estancia.

- Sólo es cuestión de tiempo. -Habló uno taciturno.

-Debemos darnos prisa. - Clamó el otro enfadado, apenas audible incluso para sí mismo.

- No te preocupes. Te prometo que le daré fin a esto. Él es la clave. - Sonrió ampliamente mientras apuntaba decisivo a Inglaterra.

Lo días de lluvia traen consigo ese embriagante olor melancólico. Es como si el agua limpiara el desastre de algo manchado. Algo sucio que por muy persistente que sea termina siendo arrastrado por el agua abundante de las nubes grisáceas.

Inglaterra se dio la vuelta sin ánimos y atravesó el estrecho pasillo con pasos cortos y lentos. La suela de su zapato formaba un ligero sonido al ser estampado contra el piso. Solitario. Eso fue lo que pensó el anglosajón a cada paso alzado.

Sentó su cuerpo en el sillón de su sala y acarició uno de los cojines. Escuchó las manecillas de su reloj de pared y permaneció estoico por segundos mientras contemplaba las agujas avanzar.

4:00 A.M. marcó su tictac.

Miró hacia el frente y de nuevo se envolvió en la oscuridad del cuarto. Su sueño había sido tomado por sus conflictos mentales, Allen, Alfred, aquel demonio, pero sobretodo Estados Unidos...

Suspiró y recostó suavemente su cabeza sobre las almohadillas que tenía cerca. Pronto sus orbes le pesaron y paulatinamente se cerraban aun en resistencia. Apunto de ceder, vislumbró una silueta bruna posicionarse lo bastante cerca para cegarlo por completo.

Escuchó una voz proveniente de un ajeno llamarlo, pero fue muy tarde. Cayó en sueño.

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...Inglaterra... «¿Quién es? »

...Descuida lo conseguiremos... « ¿Conseguir? ¿Qué conseguiremos? »