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Lizza

Después de colgarle a su padre para mentirle que había ido con sus amigos al centro comercial, Lizza tomó de su Frappé, comprado de un Oxxo que encontró por el camino, y se dispuso a contemplar las plantas de aquel famoso jardín. Estaba un tanto húmedo con un clima agradablemente frío. Iba donde los peces al estanque y vio que estaban vendiendo cosas cerca de allí. Fotos, cactus, snacks, collares. Le gustaba que se pusieran ese tipo de puestos, veía tanto arte en ellos, sobretodo en los accesorios artesanales. Contemplaba las fotos de las distintas especies de árboles y plantas que yacían ahí, totalmente concentrada en ellos.

-¿Le gustó algo, señorita? -la pequeña anciana dijo cariñosa con una cálida sonrisa de abuela-regala-dinero-con nietos-consentidos.

-Me gustaría ver aquel collar... con aquella piedra azul, por favor -dijo melódica.

-Muy bella elección -la agarró delicada- esta preciosa azulada se llama Aqua-aura y atrae paz... -la observó detenidamente- por lo que veo en tus ojos, necesitas de ella ¿no es cierto, cariño? -Liz exhaló pesadamente. Le dio la razón y sonrió débilmente.

-Supongo... -sacó una pequeña risa- la llevaré. -Pagó, y guardó el pequeño collar en una de sus bolsas de la chaqueta.

-Recuerda, las chicas malas no lloran... -guiñó el ojo la anciana encorvada sonriendo. Rio Liz, y asintió.

-Claro... Muchas gracias. Pase una linda tarde -se despidió. Llamó a Kurt para que la recogiera e irse al parque detrás del centro comercial del que le mintió a su papá, para que así su mentira no fuese totalmente una mentira. Esa pequeña frase le levantó el ánimo y juntó un poco las piezas de ella, destrozada por lo ocurrido. No dejaba de pensar en la simplicidad y amabilidad de la anciana. Por un segundo la idea de que esa anciana, en su juventud, fue una rompe corazones empedernida pasó por su cabeza. Recordó el bello collar y se aproximó a ponérselo. Podría ser que lo que decía era real, de hecho se le era familiar la piedra. Pensó que había leído algo acerca de ella en una página Wicca. Por consiguiente llegó Kurt en su Chevy Impala un tanto desgastado de pintura y la sacó de su reflexión. La miró con sus lentes de sol un tanto extraño.

-¿Mala salida de clases? -bajó la mirada haciendo ver sus ojos claros seductores.

-Mala salida de clases -Liz afirmó.

-No te vi salir. Te estábamos buscando, y llamando incontablemente por teléfono.

Lizza bufó e hizo una seña. Kurt entendió y le abrió la puerta. Ésta entró, cerró la puerta, y de inmediato Kurt arrancó el vehículo a su destino al parque típico de siempre.

-Entonces, sueño hecho realidad, ¿eh?-Lizza buscaba entre los discos de música, que conservaba el castaño en el compartimiento, alguno que dijese "Awesome mix Vol. 1". Lo único que podría distraerla un rato, era ese Mix inspirada en la película favorita de la mayoría.

-Mi sueño hecho realidad es haberlos conocido a ti y al resto de idiotas, Kurt. No lo confundas, por favor-Kurt sonrió al haber escuchado el a ti. Era lo único que le importó, en realidad.

-Que cursi -burlón expresó el chico- ¿Tu Jardín de Edén? -preguntó una vez más; quería tener una respuesta que dijese si aún quería a Michelle.

-Lo hubiera sido en aquellos momentos; y no intentes hacerme creer que no te gusta éste lado sensible de mí, pequeña sabandija -ella le revolvió el cabello y el la miró con cariño. Lizz puso el CD en el reproductor del automóvil. Blue Swede empezó a sonar con uno de sus muy exitosos sencillos, el que más detestaba Isabella además, Hooked on a Feeling. Kurt notó el nuevo collar de Lizza pero no preguntó, la dejó disfrutar de su canción.

Pájaros en el áticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora