Poco a poco pude escuchar con cada vez más claridad una melodía familiar, como si estuviese en la lejanía, mientras sentía la agradable calidez de los rayos del sol que entraban por mi ventana. Quise quedarme así para siempre pero la realidad me golpeó repentinamente en la cara cuando caí en la cuenta de que ya era bien entrada la mañana y que esa melodía familiar era el tono de llamada de mi teléfono.
Rápidamente abrí los ojos, con la luz cegándome brevemente mientras alargaba mi mano en dirección a mi mesita para buscar mi móvil. Por suerte conseguí cogerlo y descolgar antes de que terminase la llamada, sin mirar antes siquiera quién era.
- ...¿Sí?... – respondí a la llamada con voz pesada y adormilada mientras me frotaba los ojos.
- ¿Kyoka-chan?¿Dónde estás? – una voz suave y familiar me preguntó.
- Pues... En mi cama... ¿Quién es? – me espabilé ligeramente y pregunté al caer en la cuenta de que no sabía quién llamaba.
- Soy Takeshi, con quién has quedado dentro de 15 minutos – pude escucharle reírse a través del teléfono tras responderme.
Y en ese momento, la realidad volvió a golpearme cuando me di cuenta por fin de lo que estaba pasando: era sábado y había quedado con Takeru para ir a comer y dar una vuelta por Shibuya. Me levanté de golpe de la cama y no pude evitar soltar un sonidito de sorpresa aún estando al teléfono, provocando la risa de Takeru al otro lado.
- ¡Lo siento muchísimo, me he quedado dormida! – me disculpé sonoramente mientras cogía rápidamente mi ropa del armario.
- No te preocupes, menos mal que he tenido un momento lúcido y he pensado en llamarte antes de la hora que acordamos – intentó disimular la risa mientras hablaba – Estoy en tu portal así que si pudieses al menos dejarme entrar te espero dentro, que aquí fuera hace mucho calor.
- No hay problema, mejor sube y espera aquí más cómodo– me acerqué rápidamente al telefonillo situado al lado de la puerta y dejé pasar a Takeru.
Colgué la llamada y esperé a que llamase a la puerta para abrirle. Por suerte el pijama que llevaba era bastante simple y reservado, por lo que no me importó que me viese así. Takeru entró, con su pelo recién cortado y teñido de gris, dejando los zapatos en la entrada como buen japonés y saludándome con una sonrisa.
- ¡Buenos días dormilona! Pensé que habrías puesto una alarma por si acaso – riendo me preguntó extrañado.
- Y eso he hecho, pero he vuelto a dormir poco y probablemente no la he escuchado – admití avergonzada.
- Últimamente duermes mal todos los días, ¿estás preocupada por algo? A lo mejor deberías ir al médico – sugirió algo preocupado.
En realidad, desde que pude retomar mi amistad con los chicos de the GazettE, me pasaba los ratos libres hablando con ellos, especialmente con Aoi, por LINE. Eso incluía no poder evitar quedarme hasta las tantas de la madrugada hablando con él, y aunque me fastidiase era la principal razón de mi falta de sueño.
Pero, por supuesto, esto no lo sabía nadie. Takeru no era una excepción, porque sabía que si se lo contaba era inevitable que me regañase.
- Tranquilo, desde siempre tengo el sueño ligero y tengo temporadas en las que duermo fatal, pronto se me pasará – le sonreí al contarle esa pequeña mentira.
- Hmmm está bien, pero de todas formas deberías probar algo que te ayude – me miró con preocupación – No has paseado a Haru aún ¿verdad?
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Soulmates Symphony [the GazettE]
FanfictionHay acontecimientos que cambian tu vida completamente, tanto como para mejor como para peor. Y yo siempre pensé en aquél acontecimiento como un recuerdo agridulce que me perseguiría durante toda mi vida. Sin embargo, a mis 26 años de edad, me di cu...