Estrella Azul [Creek]

Capítulo 3 - "Hallazgo"

Craig se encontraba con sus amigos, Token y Clyde, conversando animadamente, los chicos reían y conversaban sobre sus hazañas de ese día, Craig miraba a lo lejos de vez en cuando, lo cual hacía que sus amigos se miraran el uno al otro con confusión, Token no pudo evitar que su amigo castaño lo observara curioso y preguntará en voz alta al pelinegro.
–¿Que miras allá Craig?–
El pelinegro se meditaba en sí responder esa pregunta sería adecuando, Token noto la duda en su mirada, toco su hombro con suavidad y le sonrió, como excusando la pregunta de su amigo.
–Si no quieres decirlo esta bien. No hay presión Craig, igual te apoyamos en lo que necesites– dijo el pequeño de manera cordial, Craig tenía aún su expresión neutral pero entonces decidió hablar al respecto, profiriendo una advertencia antes de ir al grano.
–Es algo muy extraño, no se burlen... Pero desde que Tweek murió veo cosas raras... Él podía verlas, yo no, pero ahora no se como es que sucede, puedo verlas también... Y a veces... A veces... A veces esta en mi cuarto o en mi casa, cerca de mi, no me molesta verlo pero él parece asustado por ustedes–
Los niños miraron aterrados al pelinegro que parecía tan tranquilo como siempre, el chico miró a Tweek observando desde lejos con una expresión asustada.
–¿D-D-D-De verdad puedes ver a Tweek?– Token pronunció algo asustado, Craig asintió con suavidad.
–Oh Dios eso da mucho miedo...–

Clyde temblaba levemente con los ojos húmedos, Token estaba algo asustado y sorprendido, pero intentaba no demostrarlo, Craig no los culpo, recordó lo difícil que había sido normalizar aquella situación para él, incluso le resultaba difícil pensar en ello ahora, solo disfrutaba con todo esto debido a que sabía que podía ver a Tweek, porque si no fuese así... probablemente habría muerto de tristeza y frustración ese primer día que lo pensó perdido para siempre.

–¿Y qué hace cuando lo ves?– preguntó el chico afroamericano con curiosidad, Craig no quiso limitarse, era la primera vez que hablaba de eso con alguien.

–A veces juega conmigo, otras está muy asustado, otras incluso va con sus padres, le gusta mucho jugar cerca de su papá–

La mirada incrédula de Clyde no dejaba de posarse sobre el pelinegro, totalmente conmovido abrazo de nueva cuenta al niño como ya solía hacer con frecuencia, el pelinegro no lo detuvo, dejo ser a aquel abrazo sin ningún inconveniente en realidad, tomando con calma el gesto.

–¿Por qué crees que siga aquí?– dijo Token, despertando una duda en el pelinegro

–¿A qué te refieres?–dijeron al unísono Clyde y Craig, Token era una persona analitica, incluso a su corta edad, pensó en qué motivos podían estar ligando un espíritu a esta tierra.

–En las películas y las historias los fantasmas siguen en la tierra porque tienen asuntos pendientes con otros, Tweek no se ha ido, creo... Creo que quizá está queriendo decirte algo ¿no?–

El pequeño azabache abrió sus ojos sorprendido ante aquella idea, pues siendo totalmente sincero solo había sido egoísta disfrutando la presencia de su mejor amigo en aquel lugar junto a él, pero...

¿Qué pasaría si resolvia lo que aquejaba al pequeño chico rubio?

–¿Crees que si Craig lo ayuda Tweek desaparezca y se vaya al cielo?– dijo Clyde más feliz, Craig no estaba tan cómodo con aquella idea y se notaba en su cara.

–Supongo... tampoco se si los fantasmas funcionan igual que en las películas– dijo Token pensativo.

Craig dio un suspiro largo y pesado, mirando a Tweek a lo lejos, sentado dándole la espalda, probablemente estaba enfadado, ya lo pondría de buen humor después con su canción de Frank Sinatra y su taza llena de café.

–Voy a ayudar a Tweek– dijo determinado el niño, Token le sonrió al igual que Clyde

–Te ayudaremos– dijeron los niños con gusto, Clyde se sentía extraño, a pesar de todo, aunque sólo conocían al pequeño rubio de vista y nada más, desde que Craig hablaba de él, sentía que eran amigos ellos cuatro... pues era como si Tweek estuviera con ellos todo el tiempo... y aunque para el castaño esto era solo una vaga sensación, no sabía cuán en lo cierto estaba.