Capítulo 4

5.6K 517 14
                                        

En su vida sólo había llegado a tener miedo de unas pocas personas, esas determinadas personas eran los Dursley.

Si bien sólo se habían limitado a darle unos cuantos golpes cada cierto tiempo al día, a insultarle y degradarlo y utilizarlo como su sirviente personal, aquello había sido suficiente para hacer que temblara de miedo cada vez que los veía.

Tampoco es como si pudieran culparle, el maltrato había comenzado desde su primer año de edad y conforme pasaba el tiempo había aprendido a cogerles miedo, el cual se había arraigado más y más hasta llegar al punto de que se sentía impotente frente a ellos.

Podía ser sanguinario y despiadado pero no era capaz de enfrentarse a ellos, cada vez que se encontraba con los Dursley se veía incapaz de defenderse e irremediablemente agachaba la cabeza temblando de miedo.

Aquella era una debilidad que nunca le revelaría a nadie.

Pero donde hay oscuridad también hay luz, o en su defecto unos ojos que se acostumbran a ella.

Y así había terminado acostumbrándose a no sentirse afectado por el dolor o los insultos y quizás por esa razón no sólo se había acostumbrado si no que su mente y su cuerpo ya no eran capaces de sentirse afectados por ellos, sólo sentía ira.

Había sido capturado por unos mortifagos que habían cometido el peor error de su vida e iban a pagarlo muy caro, se habían atrevido a tocarlo, se habían atrevido a maltratar a sus amigos, a tocarlos, los insultaban y se burlaban, reían.

Pero...

Quien ríe el último ríe mejor y él iba a reírse como nunca antes lo había hecho. Realmente no había llegado el momento, no debería haber pasado aquello, no tendría que mostrarse tan pronto. Pero no había marcha atrás, ya no.

Sintió como la piel de su espalda se habría una vez más y apretó el agarre que mantenía en las crudas que lo ataban, tenía los brazos estirados, cada uno hacia un lado y atados por la muñeca quitándole la posibilidad de moverse, se encontraba  de rodillas sintiéndose humillado.

Suspiró con irritación, las cuerdas se rompieron y todo quedó en silencio momentáneamente, pronto lo atacaron con las varitas pero ningún hechizo lograba tocarle, todos parecían evitarle. Miró con burla a los otros cuatro hombres.

- Habéis traspasado el límite de mi paciencia, y eso no es nada bueno ¿ Sabéis lo que le puedo hacer a una persona cuando mi ira sale a flote? - ladeo la cabeza y los miró con benevolencia - no, claramente no lo sabéis, pero eso es normal, no dejo que todo el mundo sepa sobre mi.

- ¿Harry ?- susurró suavemente una malerida y maltratada morena.

- Hermione - murmuró con suavidad - mi querida amiga, es mejor que descanses ¿ De acuerdo? Estas muy herida, no tienes que preocuparte ¿Vale ? Yo me encargaré de todo.

Se regocijo cuando ella cerró los ojos y volvió a dormir exhausta por la tortura que había recibido.

- Ahora es mi turno -murmuró con placer.

Y los gritos llenaron los oídos del azabache que disfrutaba tranquilamente del placer que le proporcionaba torturar a quellos individuos.

Rojo. Rojo. Rojo.

Amaba ese color, sobretodo cuando él mismo provocaba que saliera a borbotones de los cuerpos ajenos, le llenaba de una plenitud increíble por dentro, era un placer imposible de explicar pero tan intenso que arrasaba con él dejándole incapaz de disimularlo.

Levantó la vista sabiendo que las cosas estaban a punto de tornarse desagradables, le habría encantado disfrutar del momento durante más tiempo pero la respiración agitada y asustado que sonaba detrás de él le indicó que su momento había acabado y ahora debía hacerse cargo de su desliz.

Se giró con tranquilidad y miró a a su pelirrojo amigo: - Buenos días Ron.

- Harry - tembló.

- Oh Ron, tendrías que haber dormido un poco más de tiempo y así esto no servía tan terrible para ti - se acercó a él y acarició su barbilla sintiendo como temblaba de miedo - tranquilo.

- Tú has... Tú... Tú... - tenía los ojos abiertos del miedo y miraba horrorizado a su amigo, desviando cada poco tiempo la mirada y observando la cruel escena frente a él.

Su amigo había matado a sangre fría a sus captores y había disfrutando haciéndolos sufrir, no sabía como comportarse ni que hacer, aquello solo podía ser  una alucinación creada por su mente debido a todos los golpes recibidos, quizás una forma desesperada de su cuerpo para mantenerlo consciente o algo así.

Su mejor amigo no podía haber hecho algo tan horrible, no podía creerse algo como eso, se negaba completamente a creer que había sido queriendo, totalmente a propósito. Quizás en un intento desesperado e inconsciente de liberarlos él había atacado y tratado de acabar con sus torturadores, había tratado de matarlos desesperadamente y no había sido consciente de lo que hacía realmente.

Debía ser eso, después de todo su amigo, su mejor amigo no era capaz de hacer algo tan atroz.

Pero sabía que se mentía a sí mismo, era su mejor amigo y después de todo no era tan ciego como para no darse cuenta de como era realmente, de sus gustos, quizás nunca hubiera imaginado que sería capaz de algo tan abominable pero siempre había estado el doble fondo que se había empeñado en ignorar.

Estaba seguro de que nadie más se había dado cuenta aparte de él mismo, sin embargo hubiera preferido mantenerse ignorante al igual que el resto, prefería pensar qu  su amigo era incapaz de algo así, pero ya era tarde y lo sabía, a partir de ese momento todo dependía del azabache.

- Harry no... no...

Lo silencio con suavidad: -Tranquilo Ron, tú ya lo sospechabas, lo sé. Mira, estoy seguro que estas muy aturdido para entender mi comportamiento pero no debes hacer un escándalo por esto ¿Entiendes ? - el pelirrojo asintió.

     - Bien, debes comprender que ellos no eran buenas personas y se merecían lo que les ha pasado, os voy a sacar de aquí Ron, os voy a curar y a cuidar hasta que estéis bien, pero debes prometerme que no le vas a contar a nadie lo que ha pasado, yo me voy a encargar de todo, tú no necesitas preocuparte.

     - No voy a haceros daño, os tengo aprecio y no quiero su estéis mal, ¿ sabes la satisfacción que siento cuando luchamos juntos ? Es increíble como nos protegemos entre nosotros, vosotros os encargais de que nadie me ataque por la espalda y yo hago los mismo con vosotros.

- Lo sé - susurra - puedo comprenderlo Harry, sé que no nos vas a hacer daño, pero lo que has hecho es horrible, nadie merece una muerte tan atroz, nadie lo merece Harry.

El azabache suspiro y miró con cariño a su mejor amigo, sabía que no diría nada y se sentía aliviado por ello, no quería romperlo para que estuviera de su lado o tener que matarlo para que no le delatara, podía confiar en él.

Poco después el pelirrojo volvió a caer dormido y él se dedicó a limpiar los restos de sus víctimas, cuando terminó se llevó a sus dos amigos a una de las tantas casas que le habían dejado sus padres, allí comenzó a curar a sus amigos.

Las cosas se habían torcido ligeramente pero la balanza se había inclinado a su favor.

Su turno estaba a punto de comenzar, las cartas en sus manos, las jugadas de sus oponentes habían sido realizadas dentro de poco tocaría a él realizar su movimiento.

Estaba impaciente por jugar.

El jugador fantasma pronto debería mostrar su rostro.

------♡--------------------♡------

1238 palabras

Cruel [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora