𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 22

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—Hija, ¿estas bien?, ¿cómo te encuentras?, para que nos llames debió haberte pasado terrible.—Habló su madre que estaba sentada al lado de ella en aquel auto mientras su padre manejaba.

—Mamá no exageres, intentaróm robarme, Haddock me ayudó. Es todo.

—¿Pero te lastimaste?

—Solo el brazo, que esta vendado y desifectado.—Su madre la abrazó lo cual ella no lo acepto demaciado, más bien se sentía incomoda.

—Tranquila, ahora todo estara bien, ¿si?—Ella rodó los ojos, empezaba asquiarse por tanto amor excesivo del cual ahora recibia.

Su madre suspiró y permaneció aquella expresión de trisza en su rostro, ya no sabía como hacer volver a su hija, aquella que le encantaba que le diera consejos de vida, a la que escucharia mil anecdótas de su adolecsencia.

Ya no parecia Elsa Arendelle, hija de su sangre, alma y corazón.

Y lo dejo de ser cuando vino aquel desgraciado de Haddock, lo cual lo detestaba pero también sentía una gran culpa de su parte, porqué por más que haya comentido un error, debió hablar con ella y haberle creida palabra, pero solo se de dédico en a su pueblo.

Se lamentaba tanto por eso.

(.....)

Llegarón a su hogar, una vez que entrarón, Elsa se derigia a su habitación, queria bañarse y dormir, anciaba despejarse de todo.

—Elsa...—llamó su madre con una voz tímida, su hija volteó sin expresión en su rostro.

—¿qué ocurre?, madre.

—¿Ya no me llamas mamá?, eso termino lo usabas cuando estabas enojada.

—¿Aun no te das cuenta?, ¿o no quieres darte cuenta?—se cruzó de brazos.

—Hija, de verdad queria hablarte de esto y es que...—sus ojos empezarón aguarse.—Te amo, Elsa y de verdad lo lamento, jamás debí haberte dejado sola, pero mi pueblo también me necesitaba y...

—¿Asi que preferiste a ellos en vez de tu hija?

—No hija, no lo entien-

—¡Sí madre, si lo entiendo!—elevó un poco su voz por lo que hizo que sobresalta la castaña.—¿Qué clase de padre apoyaria a su hija en una circunstacia de asecinato?, ¿qué clase de padres se arodillarian ante un rey porqué les condenó guerra?—Se acercó y le dedicó una mirada de tristeza aunque queria ocultarla pero se notaba a simples rasgos.—Menos mal que ya no somos una familia real, porqué esto se seguiria repitiendo con todos los reinos.—y se fue.

—¡Elsa!, ¡no espera!—sentí tanta rabia por no haberle dicho todo.

Mi pueblo me necesitaba y...jamás debi haberlo hecho. Debí apoyarte en todo ese periodo infernal para tí que estar detras de un monarca consumido con el odio, que empezó a valorar a su hijo cuando estaba apunto de perderlo. Si podría volver al tiempo, decearia que...jamás haberme separado de tí..

Lloró. Sintia que le apuñalaban el alma y le quitaban el corazón tan solo por eso.

Dicen que cuando pierdes un hijo, es perder una parte de tí. Y eso sentía más que nada Emily en estos momentos, se odiaba por no haberle dicho todo.

Palabras que solo quedarón su mente.

"¿qué hubiera pasado si todas las palabras que no dijimos las hubieramos dicho y todas las palabras que dijimos jamás hubieran salido de muestra boca..?

Malditas preguntas sin respuestas.

El destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora