No habras los ojos.

132 5 5
                                    

Es jueves, está vez voy a ayudar a Klaus una vez más después de la escuela.

Cuando salgo de mi casa, Klaus está saliendo de la suya, me saluda de lejos y cerramos nuestras puertas tras nosotros, él camina hacia mi.

-Isa -dice en un tono emocionado- ¿quieres que te acompañe a la escuela?
-No, cómo crees -digo angustiada- vas a llegar tarde a tu escuela.
-No, no te preocupes -dice riendo- yo hoy entro hasta las 9:50
- ¿Y por qué sales de tu casa a las 7?
-Para acompañarte a la escuela y me des una explicación de el vecindario.

-me río- Está bien, pero solo tenías que pedirlo.

Klaus sonríe y caminamos a la escuela, me sentía guía turística diciéndole las personas que vivían en cada casa, a cuáles se tenía que acercarse y cuáles no, también los lugares donde podía comprar la comida, y los parques donde a mi me gustaba estar.

-¿Es ésta? -pregunta Klaus- ¿tu escuela?
-Si, gracias por traerme.
Me despido con un abrazo y me meto a la escuela ahí encuentro a Jason y no lo volteo a ver.
Mientras estoy en la escuela, en las clases escucho la voz de Klaus en mi cabeza... escucho algo raro... no lo entiendo...
-Is... por favor... ¡Is!-
... -¡Isabella... ¡Srita Jones! -Me doy cuenta de que es la maestra hablándome-
-Discúlpeme maestra...
-¿Puede pasar a resolver la ecuación?
-Si Miss -me levanto de mi mesa y resuelvo el problema.

¿Qué está pasando conmigo?... ¿debería contarle a alguien?... ¿y si...-

-¡Isa! -me llama Klaus interrumpiendo mis pensamientos.
-Hola -digo sorprendida y caminando hacia él, cuando llego a él lo abrazo y le pregunto- ¿por qué viniste a recogerme?
-Quiero mostrarte algo -me dice casi susurrando y con una sonrisa en su cara... y en un segundo se le borra la sonrisa y dice- ¿quién es el del suéter blanco?
-Volteo y veo a Jason viéndonos desde la puerta- Es... era un amigo, no importa -regreso la mirada a Klaus, sonrió y digo- ¿que querías mostrarme?

La sonrisa le vuelve al rostro en unos segundos, me mira a los ojos, me toma del brazo y me guía a un sitio desconocido.

Hemos caminado aproximadamente media hora o cuarenta minutos, me punzan los pies y casi no puedo caminar.

-¿Qué tienes? -se detiene Klaus y me mira preocupado-
-No es nada, solo me duelen un poco los pies.
Sonríe y de pronto... ¡PAM! me agarra de la espalda y las piernas y me sostiene en sus brazos. (Creo que me puse roja)

-Yo te llevo -dice Klaus con una sonrisa burlona- está sorpresa no te puede doler

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Yo te llevo -dice Klaus con una sonrisa burlona- está sorpresa no te puede doler.

No digo nada, solamente sonrío y agacho la cabeza, nunca me sentí tan roja en mi vida.
Me cargó unos 30 minutos hasta que llegamos a "la sorpresa"

Me pidió que cerrara los ojos unos 5 minutos antes de llegar. Y me los vendó con el listón rojo que le había regalado cundo estábamos en la secundaria, lo llevaba siempre amarrado a la mano.

Cuando llegamos me dijo:

-Voy a contar hasta tres, -decía mientras me susurraba al oído- y entonces te quitas la venda.
-Si -le digo mientras asiento con la cabeza.
- 1... -empieza a contar- 2... 3...

¿Por qué? [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora