Reencuentro emocional

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Siempre, cuando menos lo esperas, cuando menos lo deseas, las cosas pasan, aquello que siempre soñabas se torna realidad y justamente te toman desprevenida. Ese día, lo recuerdo tan claramente.

Viernes 26 de Abril. Fue un día común, ir a la escuela, tomar un par de clases, y a la hora de la salida tomar el camión regreso a casa, me encontraba a un par de cuadras antes de llegar, cuando inesperadamente el camión se detuvo, un chico alto, serio, con la mirada adormilada subía, mis ojos se exaltaron por completo al darme cuenta de que eras tú, mis mejillas se sonrojaron, mi mirada bajo al suelo y mi única reacción en ese momento fue escapar.

Después de eso recuerdo que mi mente era un torbellino de preguntas ¿Por qué hice eso? ¿Me habrá visto? ¿Lo noto? ¿Se acordara de mí? ¿Y si no lo vuelvo a ver? Todas esas preguntas una y otra vez se repetían en desorden, parte de mí se arrepentía completamente de haber huido. Pero si ese encuentro fue inesperado, lo que estaba por pasar seria aún más repentino.

Esa noche, cuando me encontraba completamente cansada, agobiada por mis actos improvisados, y las torturantes preguntas, decidí despejar un poco mi mente, platicar con mi mejor amigo, pensar en algo más, abrí mi cuenta en Facebook, quería enterarme de las nuevas noticias, ya que en ese entonces estaba muy de moda entre la juventud, comencé checando lo nuevo, después mis notificaciones, mensajes y note que tenía una nueva solicitud de amistad. Ese nombre estaba ahí.

Un escalofrió recorre mi cuerpo y con la mano temblorosa cliqueo en aceptar. 20:46. Inmediatamente me llega un mensaje.

-Hola

Al leerlo, todo mi cuerpo tembló, fue como si una descarga eléctrica recorriera mi cuerpo desde mi estómago hasta mi boca, mi rostro se tornó rosado y con mucha dificultad logre responder. Recuerdo esa conversación tan bien, nuestra primera conversación después de 4 años.

-Hola

-¿Sabes quién soy?

- Si, obvio, como olvidarme de ti.

-Bueno es que con eso de que me viste y solo bajaste tan rápido del camión.

-Sí, bueno, perdona por eso, es solo que me daba pena y creí que no te acordabas de mí.

-¿Cómo crees que no me voy a acordar de ti?

-Bueno. Todo puede pasar ¿No?

-Eso sí.

Recuerdo que ese día hablamos por un par de horas y fue realmente lindo, pero lo que más me emociono fue ese instante en que lo más inesperado sucedería.

Carta a un desconocido que creí conocer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora