Compartiendo caminos separados

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Cuatro años es un largo, realmente largo tiempo y pasan demasiadas cosas, que ni siquiera puedes recordar completamente como para contarlas de manera sencilla.

Es necesario realizar como un total retroceso de los hechos. Quizás era demasiado de que hablar así que comenzamos contándonos un poco de lo más relevante que ha sucedido en nuestra vidas y como es que nos ha ido, tomamos caminos diferentes, realizamos diferentes proyectos y ahora queremos saber un poco- demasiado el uno del otro.

Él es todo un deportista, le gusta dar todo de sí, ama el basquetbol, uno de sus deportes favoritos, trato de entrar a un equipo, pero estaba completo y no obtuvo la oportunidad que deseaba, así que recurrió a su segunda opción, algo más que ama en la vida, recuerdo que empezó a practicarlo desde niño, aunque nunca fue nada serio, pero ahora era una oportunidad para hacer algo importante.

Karate. Gracias a un profesor, quien trabajaba en una academia, le ofreció una beca y el acepto, comenzó a entrenar muy duro, y comenzó a tener varias competencias, creo que es bueno, digo tan solo de niños lo era. No solo era un chico deportista, también era completamente inteligente.Llevaba buenas calificaciones, logro entrar a una de las preparatorias más difíciles, tenía objetivos y metas en la vida. Su plan era estudiar Arqueología, pero era una carrera con pocas oportunidades de empleo así que decidió enfocarse en nanotecnología. Sí, cosas totalmente distintas pero él es así. Eso lo hace especial.

Mientras tanto, yo, que nunca eh sido nada buena en deportes, preferí dedicarme a hacer labores de caridad, trataba de participar en lo que pudiera. Comencé apoyando con donación de juguetes para los niños, donativos de despensas para zonas rurales, además de visitas a casa hogares como voluntaria y donativos de ropa. En algunas ocasiones les llevaba dulces a los pequeños de la casa hogar, era lindo ver sus caritas con una sonrisa. Y más porque esa sonrisa era gracias a mi apoyo.Eso era algo que a él, le gustaba de mí, el gusto por ayudar a los demás.

Me parecía un chavo excepcional. Sencillo, tierno, lindo, diferente, seguro de sí mismo y de lo que quería. No había otra cosa que me atrajera tanto como su forma de ser.

Ambos estábamos seguros de que el hecho de que nuestros caminos se cruzaran, era una gran oportunidad que debíamos aprovechar.

-No sé qué haría si te volviera a perder.

-¿Si me volvieras a perder?

-Pues sí, no me gustó nada, el no verte durante 4 años.

- Suena eterno.

- Sí, es demasiado tiempo y más sin ti.

Carta a un desconocido que creí conocer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora