16. Olvidando el Maldito Orgullo

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°MARATÓN 2/3°

El diario de Bucky Barnes parecía una pieza clave para Steve Rogers, porque sí, era el indicio más grande de que su mejor amigo seguía ahí, aunque esto también lo hacía angustiarse muchísimo más, desesperarse por hallarlo, por que no lo olvidase de nuevo y mucho más importante, olvidase la persona que en realidad era.

Mientras regresaban a la torre de los Vengadores ojeó aquel diario, leyendo lo que venía en éste, enterándose de los sentimientos de su mejor amigo al ocultarse de todos luego de que todos los secretos de HYDRA quedasen revelados.

Culpabilidad, ansia, arrepentimientos, paranoia...

Había bastantes pensamientos profundos sobre cuánto se detestaba por todo lo que hizo, por a cuántos mató y cuántas vidas destruyó. De cierta forma, Steve al leer también pudo pensar en Anya, porque tal parecía que eran las exactas palabras que ella usaba para describirse a sí misma, y al analizarlo desde la perspectiva de su mejor amigo, logró comprender algo que antes le había molestado con Anya. No es sencillo borrar los traumas, y no es fácil volver a comenzar tratando de pretender que nada había sucedido, y más allá de las palabras escritas en aquel cuaderno sobre Bucky y de lo que Anya le había dicho sobre ella, era poco, porque él jamás tendría la más mínima idea de cómo se sentían.

En ese momento, Steve logró sentir una inmensa empatía, por ambos, pero a pesar de esto, pensaba que no había nada que no se pudiese superar, que no debían enfrascarse en lo que hicieron mal, porque él sabía que había más allá de ellos que lo que veían de sí mismos.

Y de cualquier manera, se sintió un poco culpable por lo que había pasado con Anya, aunque sabía que él no era el único que había hecho mal respecto a su discusión.

Permaneció en silencio justo como sus compañeros el resto del camino de regreso hacia la torre.

Y mientras, en la torre, los Vengadores, Pepper y Anya esperaban en el living, aunque ya era relativamente bastante tarde, algo que no les interesó, puesto que había algo mucho más importante como la incertidumbre de que Tony hubiese cortado la comunicación y de esa manera. Los hizo pensar que algo no estaba bien, y esto solo los hizo estar más ansiosos a todos.

Claro que no se quedaron de brazos cruzados y comenzaron a investigar en todo lo que se tenía en la web sobre el Soldado del Invierno con la nueva noticia de que había vuelto a desaparecer.

No había demasiadas cosas que les fuesen útiles, pues casi todos los sitios que visitaban les daban lo mismo, que había cometido demasiados crímenes, que era demasiado riesgoso que se hallase suelto en quién sabe qué parte del mundo.

Anya pensó más allá y con pena todo el sufrimiento que aquel soldado estaba pasando ahora mismo, pues al ver cómo Steve se expresó sobre él, pudo posicionarse en un espejo con Bucky Barnes, y llegó a compadecerlo un poco, como se compadecía, pues no pudo imaginar volver a lo que odiaba por ser controlada por otro ser maldito.

Bucky y ella eran lo mismo: marionetas, en ciertos distintos enfoques, pero al final de cuentas, malditas marionetas.

Muy a pesar de no conocerlo en persona, pudo proponerse luchar por él, y por que no lo hiciesen como querían; esto, por poder ahora sí realmente redimirse por ella misma y también con Steve. Tal vez esforzarse por Bucky Barnes podía llegar a hacerla mínimamente digna de Steve, tal vez eso no la haría sentir tan mierda como en esos instantes se sentía.

Luego de una larga espera, el Quinjet en el que los 4 vengadores habían partido, había vuelto, aterrizando en el hangar de la torre.

Los Vengadores alzaron las miradas y Anya se puso inmediatamente de pie sin despegar la vista de dónde Pietro, Steve, Sam y Tony entrarían.

Anya [•Steve Rogers•]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora