Capítulo 1

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Me despertó un golpe seco en la ventana. Mientras luchaba por despertarme y abrir los ojos sentí como el vidrio de la ventana se sacudía con pequeños golpes; me paralicé del miedo y tragué saliva fuertemente. La oscuridad era total y mi vista aún no se habituaba. La ventana volvió a sacudirse y tan pronto como di un salto se abrió de par en par. Una figura oscura comenzó a aparecer en el alféizar encaramándose a los marcos de la ventana con pies y manos. Mi respiración se aceleró de una forma alarmante y me apreté contra la pared de un lado de mi cama para ocultarme entre las sombras. Un par de ojos verdes relucieron a la luz y la sangre volvió a fluir por mis venas. No era nadie más que él. ¡Qué susto me había pegado!

-¡Harry!- susurré apremiante mientras bajaba de la cama de un salto y me ponía en pie.

-Hola hermosa- murmuró juguetonamente y me aferró por la cintura en un solo movimiento de brazos.

-Vas a matarme de un susto un día de estos.

-Al menos morirías viéndome el rostro.

Deslizó sus labios por mi mandíbula hasta posarlos en mi cuello, los movía con delicadeza mientras sus manos recorrían mi espalda.

-Harry, ¿por qué hiciste semejante idiotez?- dije sin aliento, tratando de controlarme para no caer en sus encantos.

-No aguantaba estar lejos de mi princesa- Levantó la cabeza y me miró a los ojos- Sabes que eres mi perdición.

-¿Y cómo subiste? ¡Estamos en un segundo piso!- Traté de no inmutarme mientras volvía a su trabajo de besarme el cuello.

-Louis me ayudó- dijo con los labios rozando mi piel, haciéndome cosquillas.

-¿Louis está allí abajo? Has que suba, ¡va a congelarse!

-No le pasará nada, le dije que se fuera- aseguró guiñándome un ojo.

-Estás loco.

-Por ti.

Bajé las escaleras corriendo con una gran sonrisa en el rostro. Cogí la mochila del sillón del living y entré en la cocina tarareando.

-¿Estamos de buen humor?- preguntó mi madre mientras depositaba un tazón de cereales en la mesa.

-Algo así- dije sentándome y comenzando a devorar mi desayuno.

Harry se había quedado hasta casi medianoche, ninguno de los dos quería separarse del otro, pero ambos teníamos colegio al día siguiente y no era buena idea aparecer con cara de zombi ante toda la escuela. Hacía ya casi cuatro meses que salíamos y todo ese tiempo parecía haber pasado a la velocidad de la luz; habíamos sido muy buenos amigos antes de darnos cuenta de que ambos sentíamos cosas por el otro; un día Harry y los muchachos salieron de fiesta y me invitaron, alcohol que va, alcohol que viene terminamos a los besos en el baño de la fiesta. Desde ese momento nos convertimos en inseparables y los muchachos hasta tenían que llevarse a Harry a rastras para pasar tiempo con él.

-¿Vas a salir con Harry hoy?

-Supongo, ¿por qué?- pregunté con la boca colmada de cereales.

-Porque tu padre iba a invitar a unos compañeros del trabajo a cenar y quería saber si estabas a comer. Puedes invitar a Harry si quieres.

-No lo sé, déjame consultarlo con él.

Dicho esto me levanté de la silla y colocándome la mochila al hombro me despedí de mi madre y corrí hacia la puerta. Harry me esperaba fuera como siempre. Su Range Rover negra se estacionaba frente a mi casa y lo vi acomodarse los lentes de sol mientras abría la puerta del acompañante por dentro para que subiera, tuve que pegar un saltito para hacerlo y cerré la puerta con fuerza.

-Hola amor- dijo y se sacó los lentes para besarme- ¿Qué tal dormiste?- preguntó encendiendo la camioneta y saliendo del bordillo.

-Se puede decir que bien, pero no lo suficiente.

-Se nota en tus ojeras.

-¡¿Tengo ojeras?!- pregunté alarmada y saqué el celular para ver mi reflejo en su pantalla.

-Es una broma- aseguró riendo y me tomó de la mano con dulzura. Amaba sus manos de dedos largos, la tomé entre la mía y acaricié su palma con mi pulgar.

 -Mi madre acaba de comentarme que papá invitará a algunos de sus compañeros de trabajo a cenar, y me preguntó si quería invitarte. Pero si me das para elegir prefiero mantenerme alejada de esos estirados.

Harry rió y tomó una curva para entrar en el estacionamiento del colegio.

-Si quieres puedes venir con nosotros a una fiesta que dará Kevin en su casa.

-¿Estás seguro? No quiero arruinarles su noche de chicos.

-Los muchachos te adoran, no arruinarías nada- aseguró, y luego de estacionar y apagar el motor se giró para mirarme a los ojos- Eres hermosa Jade.

-Tú lo eres Styles.

Sonreí y me acerqué para besarlo, entrelacé mis manos en sus sedosos rulos y sentí su lengua explorar mi boca.

Toc, Toc. Sentimos que alguien tocaba el vidrio con los nudillos y nos encontramos con el rostro sonriente de Niall.

-Vamos, que se hace tarde- nos apremió con la voz amortiguada por el vidrio.

-Uff, maldito duende- murmuró Harry y me hizo reír.

Far AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora