Capítulo 4

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Lloraba en el hombro de Harry desde hacía veinte minutos. Habíamos subido a mi habitación y el perrito Harry daba vueltas a los pies de la cama. Harry se había recostado en ella y yo me había colocado a su lado con mis lágrimas empapando su remera. Ninguno de los dos hablaba. No era necesario decir nada. Iban a separarnos. Mi padre no sabía por cuánto tiempo íbamos a vivir en Irlanda, pero yo ya no me hacía ilusiones de volver. Iba a empezar una nueva vida en otro país y mi vida pasada iba a quedar reducida a cenizas. Harry acarició mi cabello y depositó un suave beso en mi coronilla. Lo amaba tanto. Mi Harry. ¿Cómo iba a poder desprenderme de él?

-¿Quieres hablar?- preguntó Harry luego de diez minutos más.

No iba a poder acostumbrarme a tenerlo lejos, a no sentir su voz, no sentir sus caricias, sus labios, no ver sus ojos, no oler su aroma.

-No lo sé.

-¿Me amas?

-¡Claro que te amo!- exclamé sorprendida incorporándome sobre un codo.

-Entonces nada cambiará.

-No digas eso Harry, sabes que todo cambiará- aseguré enfatizando el “todo”.

-Si me amas, y yo te amo, creo que podremos sobrellevar la distancia y seguir amándonos, ¿no crees?

A veces me sorprendía su optimismo. Harry no me entendía. TODO iba a cambiar, no íbamos a vernos Dios sabe por cuánto tiempo, él encontraría a otra chica de la cual enamorarse y yo haría mi vida muy lejos de donde ahora nos encontrábamos.

-Lo único que sé es que quiero aprovechar esta semana al máximo- dije con un suspiro y volví a recostarme con la cabeza en su hombro.

La semana pasó volando. Habíamos pasado cada segundo de cada día juntos; a veces nos acompañaba el perrito Harry y otras los muchachos, pero no nos satisfacíamos uno del otro como querríamos. No podía creer que tendría que dejarlo en dos días. ¡Dos días! Algunas mañanas me despertaba pensando que todo aquello era sólo una pesadilla y que cuando despertara Harry seguiría a mi lado, por siempre. Pero no debía engañarme a mí misma Iba a perderlo en dos días; cuarenta y ocho horas y hasta la vista Harry.

-Harry.

-¿Sí?- Harry giró la cabeza en mi regazo para verme a los ojos.

-Creo que estoy lista.

-¿Lista? No comprendo.

-Mira, lo he estado pensando y la idea viene a mi cabeza tan seguido que temo perderla si pasa el tiempo.

-Me desconciertas- dijo Harry levantándose y echándole una ojeada al televisor antes de apagarlo, hacía horas que habíamos dejado de verlo.

Acerqué una mano a su rostro y lo acaricié, mirándolo directamente, observando su boca y pensando en que ya había llegado el momento. Me acerqué y lo besé. Harry respondió el beso y me rodeó la cintura con ambos brazos.

-No sé si te entiendo, y no quiero ser descortés…

-No lo eres, “eso” es exactamente lo que quiero- le guiñé un ojo y comencé a besarlo acaloradamente. Harry parecía sorprendido, pero pronto cedió y me recostó sobre la cama. Mantenía los dos brazos estirados para no aplastarme y me besaba el cuello con fervor.

-Jade- susurró a mi oído, provocándome escalofríos- ¿Estás segura?

-Más segura que nunca- dije decidida y comencé a sacarle la camiseta. Harry hizo lo propio con la mía y recorrió mi torso con sus manos, depositando suaves besos a su paso. Desprendió mi pantalón y lo tiró a un lado, luego se despojó del suyo y ambos quedamos en ropa interior. Harry recorrió el camino de mi estómago a mis pechos con sus labios, y con manos ágiles me despojó del corpiño en un instante. Me sentí un poco insegura al estar descubierta ante él, pero al mirarlo a los ojos supe que no tenía por qué, nos amábamos e íbamos a consumar nuestro amor en el acto más puro.

-Jade- volvió a decir esta vez cerca de mi boca.

-Ajamm- No podía controlar mi voz y temía que mi excitación me delatara.

-¿Lista?- quiso asegurarse antes de desprenderse de sus calzoncillos y hacer lo propio con mi bombacha.

-Sí- logré sonar segura a pesar del miedo y eso convenció a Harry.

-Te amo- dijo antes de que yo cerrara los ojos y me preparara para lo que seguía.

El aeropuerto estaba atestado de gente que iba y venía cargada de valijas y bolsos. Las conversaciones fluían en el aire y todos aparentaban estar apresurados. Mi padre volvió de hacer los trámites para abordar el avión y nos pidió que nos apresuráramos. Miré a Harry intentando no llorar. Sabía que iba a ser duro pero no sabía cuánto.

Harry me abrazó y yo me hundí en su pecho. No quería irme, no quería dejarlo. Sentí como el llanto acudía a mí y no pude controlarlo. Harry tomó mi rostro con ambas manos y me besó dulcemente por un tiempo prolongado.

-Te amo- susurró solo para que yo lo oyera- Y pase lo que pase siempre lo haré, ¿de acuerdo?- Su rostro demostraba todo su sufrimiento en aquel momento. Detestaba verlo así.

-Te amo- le aseguré volviéndolo a besar. Nos abrazamos fuertemente y con un último adiós me despedí de él.

No sabía cuándo iba a ser la próxima vez que volviera a ver a Harry Styles, pero lo que sí sabía era que lo seguiría amando pasara lo que pasara.

Far AwayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora