Aliento frío

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Por fin pude apreciar la verdadera belleza del bosque, en este se encontraba todo tipo de maravillas, los arboles de maple y pinos demostraban con elegancia todos los años de vida que han tenido, la mayoría eran pinos hermosamente altos, había algunas piñas caídas, conozco esto gracias a los libros de la biblioteca de la primaria, el aire era muy frío pero puro, el día estaba agradablemente soleado por suerte y durante el tiempo que estuve caminando las nubes pasaban dejando sombra, era increíble tener que ver cómo se delimitaba las luces y sombras.

Los olores a tierra húmeda y la fragancia de los pinos me mejoraban el ánimo, el problema es cómo encontraré a Evosh es una zona bastante amplia y podía él ir en dirección opuesta a la que voy, después de bastante tiempo me dio hambre, sentada bajo un enorme ocote, le di un bocado a mi pan cuando el crujido de una rama sonó cerca de donde estaba, metí a mi bolsa la comida y me paré preparando la daga.

Di un vistazo rápido y cauteloso a mi alrededor, un animal pasó entre una plantas, me acerqué; era un conejo de montaña. Me relajé pensé que era otra cosa.

Escuché en el ambiente una voz diciendo ¿un algersthem? El conejo se fue, sentí una fuerte angustia de no seguirlo, así que antes de arrepentirme le  seguí, algunas veces casi me caía por la humedad de la tierra y en otras ocasiones me rasgaba con algunas ramas, se empezó a alejar más, cuando me había dado cuenta perdí su rastro.

Retrocedí sin voltear con la mirada baja ¿por qué lo seguí? Creo que sí estoy perdida que hasta sigo sombras; alcé mi mirada y frente a mis ojos estaba un lobo gris sobre una tronco de árbol caído, era enorme el triple que yo, dio un brinco y en tan solo un parpadeo se había lanzado a mí y sin poder escapar me derribó.

Intenté sacar mi daga cuando me sorprendió que en el ambiente se escuchara o acaso en mi cabeza; una voz.

-Apestas a ondeysth impuro - sólo que no era la voz dulce de una mujer que suelo escuchar en mi mente, sino una masculina y grave.-¿cómo es que me escuchas, algersthem?

En ese momento intuí que provenía del lobo; quizá me dio miedo pero no es un lobo común, puede razonar así que no debo de tenerle miedo por lo mientras que no se deje llevar por sus instintos.

-¿Tú eres el que habla?

-Sí, quién más- gruñó

-¿Qué eres?

- No te importa- fue demasiado grosero que mi ánimo disminuyó- te preguntaré por última vez, ¿eres un despreciable integrante de la segunda familia?

-¿Eh?- me gruño con aún más ferocidad y acercando sus colmillos a mi rostro.

-¡No te hagas! hueles a ondeysth impuro- no mostraré intimidación aun cuando sea un depredador.

-Claro que no un soy integrante de esta- hice una pausa y agregué- ni siquiera pertenezco a alguna.

Me observó con recelo, acercándose más a mí cuando interrumpí.

-¿Cómo es que sabes de los ondeysth y los algersthem?

-Porque soy un ondeysth, pero eso no importa ¿por qué me puedes escuchar?

-No sé, pero si no te quitas yo lo haré.- mi voz no mostraba alguna intimidación sino gravedad y mi mirada era fulminante en su respuesta bien no mostraste tu miedo, me dije a mí misma. Este retrocedió aún con rabia dejándome que me parara.

-Gracias- dije un poco malhumorada, pero sinceramente mientras me limpiaba la tierra de mi ropa.

-No te quieras hacer la lista­- dijo amenazadoramente

Susurros de un ÁrbolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora