Susurros de un Árbol

Una nueva visión

Acostada en la cama, comencé a pensar en todo lo que ha estado ocurriendo, no puedo simplemente decir que todo es así, aunque pareciera que siempre lo fue. Mi cuerpo, mi sangre toda mi alma grita que no es así mi mundo, que simplemente soy una chica que va al colegio, se estresa por no entregar tareas y proyectos, que le preocupan los exámenes finales, de estar pensando en qué va a ser en la universidad y estar soñando como una niña aún durante las noches. Pero cómo puede ser este mi mundo, mucha gente muere y no lo vemos, solo dejaran de vivir ¿¡Qué ocurre con esas almas!?

Bajé las escaleras hasta la planta baja, me perdí durante media hora, el castillo era enorme y muchos pasillos eran idénticos. No podía definir en qué época se construyó, era como una mezcla de todo, pero teniendo coherencia, aunque el castillo era más tradicional. La humedad y desgaste estaba en todo, algunas plantas recorrían los bloques de piedra. Cuando encontré el comedor, no había casi nadie, Evosh estaba sentado en una pequeña mesa situada en una esquina apartada, su mirada estaba absorta en sus pensamientos. La poca gente me miraba con curiosida y entre ellas escuchaba un rumor, quizá llamaba más la atención la sangre en mi blusa. Tomé asiento al lado de él, y me lanzo una mirada débil, se notaba en sus ojos el cansancio que tenía. No podía hablar, dos sensaciones me dominaban; la de culpa y el de no encajar.

Cuando por fin hablé lo primero que dije fue:

― Perdón por lo que cause

― No fue tu culpa, fui yo.― su respuesta hizo que me sintiera aliviada de alguna manera.

― Y por cierto, no te he agradecido adecuadamente por todas las veces que me has salvado.

― Yo también te debo varias ― dando una tímida sonrisa. Se volteó a ver al frente, que para mí era atrás, miré también hacia mis espaldas y un par de personas inmediatamente apartaron su vista de nosotros.― hay siempre de todo tipo de personas.

― ¿Cómo te sientes?

― Fatal ― dijo con toda sinceridad, no debí de preguntar eso, es inapropiado.― Ese idiota de Dale no se supo contener. ― dijo con una pequeña risa, pero aun así su mirada decía lo contrario. Me quede sorprendida al escuchar esta palabra salir de su boca. Intuyó la pregunta que estaba a punto de hacerle― lo aprendí en tu "mundo"

―vaya que me sorprendiste ¿Quién es?

― Un conocido― dijo en seco― ¿Cómo te sientes estar aquí?― fruncí el entrecejo

― Muy extraña y... ― se levantó de su lugar y dijo.

― me tengo que ir, disculpa.

― Ah, bien ...

Eso fue totalmente grosero, pero no hice caso, comí rápido. Las miradas alrededor me hacían sentir totalmente incómoda, la inquietud de irme era enorme.